Arabia Saudita tiene la enorme responsabilidad en la región como la cuna de Islam y una de las potencias árabes más significantes
En su artículo el príncipe acusa a los "socios occidentales'' de no tomar medidas necesarias, desde el punto de vista de Riad, en relación a los gobiernos de Damasco y Teherán. "Occidente ha permitido a un régimen sobrevivir y al otro continuar su programa de enriquecimiento de uranio, con todos las consecuencias peligrosas de la militarización", subraya.
"Arabia Saudita tiene una enorme responsabilidad en la región como cuna de Islam y como una de las potencias árabes más significativas. Tenemos responsabilidades globales, tanto económicas, como políticas, siendo 'de facto' el banquero central de energía a nivel mundial", explica el embajador la nueva visión de Riad en política regional.
Sin ocultar el disgusto con algunas de las políticas de sus socios internacionales que -según el embajador- no han ido más allá de anunciar las "líneas rojas", Mohammed bin Nawaf bin Abdulaziz al-Saud concluyó que en este contexto "Arabia Saudita no tiene otro remedio que [...] mostrarse más decidida que nunca en la lucha por la estabilidad que nuestra región necesita tan desesperadamente".
Las recientes declaraciones de varios gobernantes de Arabia Saudita parecen desafiar abiertamente a la estrategia de Occidente, encabezado por EE.UU., que tras la solución diplomática del desarme químico de Siria y el apoyo a las negociaciones sobre el programa nuclear de Irán, es considerada como una traición de los intereses sauditas.