Según el informe, hombre enmascarados secuestran a civiles, principalmente en el norte del país, los mantienen confinados y aislados en lugares desconocidos, donde los juzgan según las normas de los tribunales de la sharia, que a menudo terminan con penas de muerte y duros castigos corporales.
Las personas que alguna vez fueron retenidas en estas cárceles aseguran haber sido golpeados con cintas de generadores de coche o cables, además de haber sido torturados con descargas eléctricas o forzados a mantener una posición estresante y dolorosa conocida como 'el escorpión' cuando las muñecas del detenido permanecen atadas al hombro.
Dos adolescentes de 14 años se encontraban entre las personas condenadas a la flagelación, siendo el padre de uno de ellos obligado a escuchar los gritos de su hijo cuando lo torturaban en una habitación vecina.
Algunas personas fueron retenidas por el grupo rebelde Estado Islámico de Irak y Levante (ISIS, según sus siglas en inglés)
por delitos comunes como el robo, mientras que otros fueron detenidos por fumar tabaco, mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, violar las reglas del grupo o pertenencia a otras organizaciones armadas.
Amnistía Internacional ha pedido a Turquía y a los estados del Golfo Pérsico que apoyan a los principales grupos rebeldes a frenar el flujo de armas y de ayuda a ISIS y otras organizaciones que violan los derechos humanos.