Las labores de rescate en la mina Raspádskaya, en la provincia siberiana de Kémerovo, se han suspendido temporalmente a causa del empeoramiento de la situación dentro de la mina.
Según afirman los expertos, en ciertas partes de la mina aumentó la concentración de gases, lo que hace imposible que los socorristas sigan con su trabajo. Además, se han descubierto incendios locales, lo que impide volver a lanzar el sistema de ventilación reparado. Toda el área que se puede inspeccionar sin ventilación está investigada ya.
El próximo sábado ha sido declarado como día de luto en la provincia siberiana de Kémerovo por los fallecidos en la doble explosión en la mina. Como resultado de esa tragedia, 66 personas murieron y otras 24 siguen desaparecidas.
La noche del 8 al 9 de mayo tuvieron lugar dos detonaciones en el yacimiento de carbón. La segunda sucedió después del inicio de los trabajos de rescate. Como consecuencia, decenas de personas quedaron atrapadas y unas cien resultaron heridas.
La ciudad minera de Mezhdurechensk ha vivido las últimas jornadas en una constante espera de información sobre los atrapados bajo tierra. Las noticias que llegaban no generaban mucha esperanza. Cada día, los equipos de rescate encontraban nuevos cuerpos sin vida de los mineros. Todo el que se encuentra ahí se hace la misma pregunta: cómo pudo ocurrir esta terrible tragedia. Los investigadores ya están trabajando en el lugar de los hechos, mientras que la Fiscalía sigue este caso con una especial atención. Según dijo Vladímir Markin, portavoz del Comité de Investigación de la Fiscalía, un grupo de jueces instructores empezó a trabajar en el lugar del accidente, aunque sólo bajarán a la mina después de que acaben los trabajos de búsqueda y rescate.
Algunos trabajadores de esta mina se salvaron de pura casualidad. Vladímir Taminin tenía que estar aquella noche junto con sus compañeros, pero en el último momento optó por tomarse un día libre para pasarlo con su hija enferma. Ahora sabe que esta decisión le salvó la vida.
Sobre las causas de la tragedia, Vladímir tiene una opinión propia. Sabe lo arriesgado que es trabajar en una mina. Pero cree que el problema está en la necesidad de ganar más dinero y, para conseguirlo, hay que extraer más carbón desde las entrañas de la mina siberiana.
"Siempre trabajamos bajo el riesgo de una explosión. Nos pagan un salario pequeño si el plan no se cumple. Y por eso intentamos cumplirlo a toda costa, incluso sin respetar las normas. Incluso, muchas veces, los detectores de gas se tapan con polietileno para que muestren una menor concentración de metano", dice Vladímir.
Mientras tanto, la mejoría en la monitorización del metano ha permitido a los socorristas intensificar las labores de rescate. Sin embargo, la operación sigue siendo muy difícil por la falta de oxígeno bajo tierra y los múltiples escombros dispersados por las galerías de la mina.
Las acciones de la empresa propietaria de la mina están perdiendo su valor en la bolsa nacional. La mina siniestrada es una de las mayores en todo el país, por eso el accidente seguramente afectará a toda la industria del carbón en Rusia.
Según estimaciones más optimistas, la reconstrucción de la mina siniestrada requerirá más de un año y millones de dólares pero, naturalmente, el daño material no es nada en comparación con el tamaño de la tragedia humana.