Lo que hace esta situación aún más trágica es que el mundo casi puso fin a esa locura hace unas décadas. En 1989 la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro de Extinción (CITES, por sus siglas en inglés) aprobó una prohibición mundial sobre el comercio internacional de marfil. Entonces los niveles de caza furtiva disminuyeron de manera espectacular y los precios del mercado negro de marfil se desplomaron.
Sin embargo, solo 10 años después, los intereses malignos fueron capaces de salirse con la suya. Por ejemplo, a Botsuana, Namibia y Zimbabue les permitieron una venta única experimental de más de 49.000 kilos de marfil a Japón. En 2002 se aprobó otra venta más, que se tradujo en 105.000 kilos de marfil que se enviaron a China y Japón. Con tanta abundancia de marfil legal en el mercado, el marfil ilegal se hizo fácil de pasar y la demanda se disparó.
Elefantes y terrorismo africano
En septiembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Kenia dijo que estaba al tanto de los informes de que al-Shabaab, el grupo terrorista somalí respaldado por Al Qaeda, está siendo financiado por el marfil. Apenas dos semanas más tarde se produjeron los terribles atentados en el centro comercial Westgate en Nairobi. Se cree que alrededor del 40% de la financiación de Al-Shabaab proviene del marfil.La sangre de los elefantes también ha ayudado a financiar a Al Qaeda. Ha financiado además al Ejército de Resistencia del Señor (ERS), de Joseph Kony, y la organización asesina Janjaweed de Sudán, y muchos otros.
Marfil, una inversión cuyo valor se eleva
En 2011 fueron incautados más colmillos de elefante que en cualquier año desde 1989, año en que se prohibió el comercio. "Esta criatura inteligente, reflexiva está siendo borrada de la tierra, y no por razones nobles. En general, están siendo asesinados para que la gente sin sentido, muchos de ellos chinos, puedan comprar palillos, palillos de dientes, peines y otras baratijas", reza el diario 'The Independent'.Más allá de la pura mezquindad de esas baratijas, hay una motivación más para el siniestro. Los colmillos de marfil y los cuernos de rinoceronte están siendo acaparados como inversiones que elevan su valor ya que las especies se agotan. En otras palabras, los inversores compran estos productos con la esperanza de que no queden elefantes y el precio se eleve enormemente, informa el diario.