El túnel, con muros de hormigón e iluminación en su interior, se comenzó a construir bajo un garaje cerca de la ciudad china de Shenzhen, señala el portal de noticias NDTV.
Según el sitio web, el conducto, de unos 80 centímetros de ancho y un metro de alto, se extendía unos 40 metros por debajo de un río y conducía a un juncal ubicado en Hong Kong.
Fue excavado de manera muy profesional, destacaron las autoridades, que estiman su coste en unos 500.000 dólares. Además, contaba incluso con rieles para facilitar el envío de bienes clandestinamente.
Las autoridades sospechan que los presuntos contrabandistas pretendían utilizarlo para transportar teléfonos móviles y otros aparatos eléctricos a Hong Kong, una región semiautónoma de la República Popular de China que cuenta, sin embargo, con regulaciones comerciales y normativas aduaneras distintas a las de la parte continental del país. Al evitar el pago de impuestos en la frontera, los contrabandistas podrían haber obtenido importantes beneficios.
Las autoridades destruyeron el conducto, cuya construcción no estaba totalmente completada, y detuvieron a un hombre presuntamente vinculado con la obra.