Protestamos y condenamos enérgicamente los actos del líder japonés
La visita es la primera de un jefe de Gobierno japonés al controvertido santuario desde 2006, y coincide con la celebración en China del 120 aniversario del nacimiento de Mao Zedong.
Entre los homenajeados en el santuario se encuentran militares oficialmente reconocidos como criminales de guerra en China y en ambas Coreas por las masacres de civiles en las décadas de los años 30 y 40 del siglo pasado.
En el comunicado publicado en la página de la Cancillería se resalta que el líder japonés "insultó gravemente los sentimientos nacionales del pueblo chino y de otros países asiáticos" y "desafió abiertamente la verdad histórica conocida en todo el mundo".
El gesto de Abe no hace sino añadir tensión a la ya muy deteriorada relación entre Pekín y Tokio, enfrentadas desde hace más de un año por las islas Diaoyu/Senkaku, controladas por Japón pero que China reclama desde hace décadas.
Otros países también han demostrado su decepción por la visita del primer ministro japonés al santuario. Tendrá enormes repercusiones diplomáticas, advirtió un funcionario del Gobierno de Corea del Sur, citado por la agencia Yonhap. La Embajada de EE.UU. en Japón dijo que las acciones de Abe aumentarán la tensión en la región.
"Teniendo en cuenta la intensificación de los esfuerzos de algunas fuerzas para imponer las evaluaciones tendenciosas a la sociedad japonesa, que se difieren mucho de la evaluación adoptada por todos de los resultados de la Segunda Guerra Mundial, este acto del jefe del Gobierno japonés no puede causar nada aparte de la lamentación", subraya el Ministerio de Exteriores de Rusia.