Sin embargo, el capitán australiano, Murray Doyle, no descarta el riesgo de que su rompehielos también pueda quedar atrapado entre el hielo, que en algunos sitios alcanza un espesor de 2,3 metros. Ha admitido en una entrevista concedida este domingo sobre la cubierta de Aurora Australis que dos barcos atrapados agravarían mucho la situación. Ha agregado que el otro desafío será "regresar sin daños".
Un total de 74 personas, todas ilesas, se encuentran a bordo de la embarcación atrapada. Entre ellas figuran tripulantes, científicos y turistas. Están bien comunicados con la tierra firme a través de canales satelitales. Al término de una tormenta de nieve que azotó la zona donde están han podido enviar las primeras imágenes del escenario de los acontecimientos.
Una de las turistas, Nicole De Losa, relató ante una cámara de video que los pasajeros no solo pudieron descender a los hielos, sino también "bailaban sobre las nieves", aprovechando un tiempo "excelente".
El buque ruso se encuentra atrapado desde el día de Navidad. Después de que pidiera ayuda, tres buques pusieron rumbo hacia el lugar del siniestro. Más tarde el navío científico francés dio marcha atrás, al ser el menos adecuado frente al grosor de los hielos.
La Autoridad de Seguridad Marítima de Australia coordina el operativo de rescate. Está elaborando tanto los planes de la salida del barco, como de la posible evacuación de los pasajeros y la tripulación.