"La sharía [ley islámica] debe aplicarse a todos sin excepción alguna, porque no hay diferenciación entre el fuerte y el débil en el islam", dijo el viceprimer ministro y ministro de Defensa de Arabia Saudita, el príncipe heredero Salman bin Abdul Aziz Al Saud, quien exigió la ejecución del príncipe anónimo.
Aziz Al Saud también subrayó la importancia de la ley en una carta marcada como 'muy urgente', una copia de la cual fue publicada en inglés, informa el diario saudita 'Arab News'. Sin embargo, el nombre del príncipe no se ha hecho público.
El príncipe heredero recordó que, de acuerdo con la ley islámica, el condenado puede evitar la pena si los familiares de su víctima acuerdan aceptar la 'diya', un pago para compensar la muerte de su pariente.
"Nadie tiene el derecho de intervenir en el sistema judicial, estas son las reglas en nuestro país. En caso de que los familiares de la víctima rechacen la mediación e insistan en la aplicación de la sharía, se llevará a cabo la sentencia contra el asesino", añadió.
El padre de la víctima ya ha declarado que él no estaba dispuesto a perdonar al asesino y que la cantidad de dinero ofrecida no era suficiente para recompensar la pérdida de un hijo.
Arabia Saudita ha sido objeto de una gran cantidad de críticas por su estricta aplicación de la sharía, que se ha manifestado en un elevado número de ejecuciones. Unas 47 personas fueron ejecutadas en el Estado del Golfo desde el comienzo de 2013 hasta el mayo de este año, según Amnistía Internacional, una ligera 'mejora' en comparación con las 82 ejecuciones de 2011 y las alrededor de 80 de 2012.
Los miembros de la familia gobernante muy rara vez son ejecutados. Sin embargo, hay algunos casos sonados en los que la sentencia sí se llevó a cabo, como el del sobrino del rey saudita Faisal, Faisal bin Musaid al Saud, condenado en 1975 por haber asesinado al mismo rey.
Otro príncipe saudita fue condenado a cadena perpetua en el Reino Unido en marzo. Saud bin Abdulaziz bin Nasir, el nieto del rey de Arabia Saudita, Abdullah, fue encarcelado en 2010 por someter a un sirviente a prácticas "sádicas" de violencia y abuso sexual antes de asesinarlo. Fue trasladado de vuelta a Arabia Saudita en marzo de este año para cumplir el resto de su condena.