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Entrevista con Medvédev antes de su visita a Ucrania

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En vísperas de su visita oficial de dos días a Ucrania —que comienza el 17 de mayo—, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, contestó a varias preguntas de periodistas de esa nación. Los temas a tratar se han centrado en el reciente viraje de las relaciones entre Ucrania y Rusia que han conduci
Entrevista con Medvédev antes de su visita a Ucrania

En vísperas de su visita oficial de dos días a Ucrania —que comienza el 17 de mayo—, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, contestó a varias preguntas de periodistas de esa nación.

Los temas a tratar se han centrado en el reciente viraje de las relaciones entre Ucrania y Rusia que han conducido a progresos en asuntos como la permanencia de la base naval rusa en Ucrania, el acuerdo sobre los precios de suministro de gas, resoluciones en problemas fronterizos y planes de cooperación económica, humanitaria y de producción.

 

SVETLANA LEÓNTIEVA:

Señor presidente, el jefe de su Administración, Serguéi Narýshkin, dijo que durante su visita a Ucrania, dentro de poco, se examinarán asuntos de carácter político, económico y humanitario. ¿Podría usted precisar de alguna manera a qué acuerdos se puede llegar y qué tratados se pueden firmar?

MEDVÉDEV:

Es cierto lo que ha dicho. En efecto, se trata de acuerdos en toda una serie de ámbitos. Ante todo, es la primera visita oficial de un presidente ruso a su país en mucho tiempo. Y me alegro enormemente de ello porque, primero, simplemente extrañé Ucrania a pesar de que he estado en Járkov. Sin embargo, fue una visita de trabajo. Y ahora es una visita oficial y completa, con todos los atributos correspondientes. Pero, por supuesto, lo importante no es el protocolo sino nuestros resultados. Últimamente hemos dado pasos muy importantes en ambas direcciones hacia el restablecimiento de unas relaciones plenas, cordiales, sinceras y amistosas, tradicionales para nuestros países. Así que, esta vez también quisiera dar los próximos pasos junto con el presidente Yanukóvich. De modo que hay una serie de acuerdos en fase de retoques y arreglos finales. Se refieren a la colaboración en el campo de la producción en la esfera de la energía, así como el intercambio humanitario y la cooperación respecto a asuntos interregionales e internacionales. En cuanto al último tema, se trata de documentos que suelen firmar los jefes de Estado y hay toda una serie de declaraciones que observan el acuerdo acerca de la seguridad de la zona costera del mar Negro, sobre la regulación de la disputa territorial de Transnistria y sobre la seguridad europea. Todos estos documentos se están sometiendo a arreglos finales y espero que para mi llegada a Ucrania ya los tengamos preparados. Ahora se están matizando los últimos detalles.

SVETLANA LEÓNTIEVA:

¿Y el paquete de documentos incluye un acuerdo para la creación de empresas conjuntas en el campo de la construcción de aviones, de transportes y de energía?

MEDVÉDEV:

En realidad, todos estos asuntos se están investigando con mucha atención. En cuanto a la cooperación en el campo de la aviación, ya contamos con una base muy sólida que presume de su carácter histórico. Nuestras empresas principales, me refiero a Antónov y al consorcio de compañías aeronáuticas, ahora están en contacto directo y examinan toda una serie de posibilidades como la de continuar la cooperación respecto a los modelos de aviones AN 140 y AN 148. Incluso, en cuanto a uno de ellos se estudia la posibilidad de utilizar las capacidades de uno de nuestros 'holdings' aeronáuticos para su ensamblaje. Lo mismo para algunos otros modelos de aviones y helicópteros. Es decir, ¿se crearán empresas conjuntas? No lo excluyo. Pero para eso hace falta ponerse de acuerdo decididamente. En todo caso, la cooperación en el campo de la producción de aviones me parece algo de lo más lógico porque contamos con una base técnica muy similar, por no decir igual, y también problemas comunes. Por eso, es hora de diseñar los aviones no sobre el papel sino con el uso de tecnologías digitales. He planteado como objetivo dentro del país digitalizar casi todos los modelos nuevos de automóviles, barcos y aviones. Por cierto, el primer avión digitalizado que produjimos es el Sujoi Superjet, pero este es un modelo nuevo. Creo que si vamos a continuar la elaboración de modelos similares debemos pasar ya al diseño digital. Entonces, esto tiene perspectivas y será útil para Ucrania porque será un modelo moderno a partir de uno original, y para nuestro país también. Ésas son las empresas conjuntas que yo recibiría con agrado.

OLEG PANIUTA:

Volviendo a los acuerdos mencionados antes, sobre todo los de Járkov que usted firmó con el presidente Yanukóvich. En Ucrania continúan las acaloradas disputas sobre estos documentos. Es interesante saber cuál fue la reacción del pueblo ruso ante la firma de estos documentos.

MEDVÉDEV:

Yo diría que con más calma que la gente de su país. He mirado las estadísticas. Una mayoría aplastante de ciudadanos de la Federación de Rusia apoyan los acuerdos en cuestión. Por supuesto, las opiniones difieren. Soy un lector muy atento de Internet y la prensa. Las leí después de firmar con el presidente Yanukóvich estos documentos. Y me encontré con reacciones no sólo elogiosas; algunos aplaudían la resolución del importantísimo asunto de seguridad, el hecho de que ayudemos a nuestros colegas ucranianos bajando los precios respectivos del gas; otros se mostraban bastante escépticos. Pero, por lo general, la repercusión fue positiva. Porque la gente lo ve como un símbolo de reanudación de nuestra cooperación en el sentido más amplio de la palabra. Un símbolo de confianza con un enfoque de futuro. Es decir, un deseo de construir las relaciones no para un periodo de, digamos, una Presidencia, o como a veces dicen ustedes una 'cadencia' -entre nosotros este término está muy poco extendido, aunque sea jurídico-, sino con un enfoque hacia el futuro. Así son los acuerdos de prolongación de la estancia de la flota del mar Negro en Sebastópol. Así como la intención de pasar a una elaboración especial de precios para los consumidores de gas ucranianos. Creo que en conjunto se trata de un acuerdo mutuamente beneficioso y equilibrado. Repito una vez más, con un enfoque hacia el futuro.

MARÍA CHMIL:

Dmitri Anatólevich…

MEDVÉDEV:

Y ustedes, ¿cómo han reaccionado ante esto?

OLEG PANIUTA:

Pues aquí reaccionaron de manera diferente. Naturalmente, una parte del pueblo se mostró completamente a favor de su punto de vista sobre el enfoque de futuro. Algunos opinan que Ucrania se ha desviado de algunos de sus principios y que se han rendido sus intereses nacionales. Son puntos de vista extremos. En realidad, como siempre suele ocurrir.

MEDVÉDEV:

Se lo pregunto, aunque, claro está, se trata de un asunto interno de los ucranianos. Al igual que la reacción en Rusia es un asunto interno de los rusos. Pero según las estadísticas sociológicas con las que yo cuento y que además fueron realizadas ya antes de la firma de dichos acuerdos con el presidente Yanukóvich, lo noté en Rusia y ustedes lo habrán visto aquí, incluso en aquella época, que el 60% de los ucranianos apoyaban la idea de prolongar la estancia de la flota rusa del mar Negro en Sebastópol bajo ciertas condiciones económicas beneficiosas para Ucrania. Así que creo que en este sentido existe un impacto incluso del lado ucraniano. Disculpe por haberla interrumpido antes.

MARÍA CHMIL:

No se preocupe. Dmitri Anatólevich, hace poco su homólogo ucraniano, Víktor Yanukóvich expresó la idea de la unión de las empresas estatales Naftogaz y Gazprom. Dijo que no podría ser en las condiciones en las que le gustaría a Ucrania. Y al mismo tiempo, Ucrania no está dispuesta a formar parte de forma minoritaria en tal unión. Díganos, ¿no es ofensivo el rechazo y qué es lo que piensa de la posibilidad de tal unión y de la conveniencia de tal idea?

MEDVÉDEV:

Bueno, no me ofendió el rechazo porque aún no hemos discutido el asunto con el presidente Yanukóvich. Aunque haya ciertas discusiones al respecto, no ha sido examinado a nivel presidencial. Eso en primer lugar; en segundo lugar, cualquier tipo de unión sólo es posible cuando existe un fundamento pragmático. Por mucha simpatía y por mucho cariño que haya entre los dos países, sólo podríamos unirnos por motivos pragmáticos. Esto significa que las alianzas no sólo son posibles, sino necesarias en ciertas ocasiones. Ahora no me pondré a analizar la posible alianza de Gazprom con Naftogaz, primero porque es un asunto poco productivo, porque lo digo una vez más: las conversaciones sobre este tema no se han llevado a cabo de forma completa, y segundo porque esto requiere cálculos bastante precisos. Recuerdo que el precio de Gazprom oscila entre unos 150.000 por lo bajo y unos 200.000 por lo alto, en millones de dólares. Naftogaz vale menos. Con todo el respeto. Pero no se trata de unirlos ahora porque sería algo bastante complicado para nuestros socios ucranianos y para el trabajo mismo. Si hablamos de la creación de proyectos conjuntos o empresas conjuntas donde se lleve a cabo la unión de diferentes activos de gas y de transporte de gas, no por la vía de la unión directa, sino por la vía de la unión digamos, de eslabones separados, entonces me parece  que es del todo posible y además mutuamente beneficioso y contando con el deseo mutuo. Por cierto, ya tenemos proyectos de este tipo. No sólo con nuestros vecinos y amigos más próximos como, por ejemplo, Bielorrusia, sino también tenemos proyectos con países europeos y con empresas tan grandes como la italiana ENI, o con la principal empresa de gas alemana que se ocupa de estas cuestiones, es decir, E.ON. Y ahí precisamente el modelo es éste: se toman algunos activos y se unen, y esto ya es más sencillo, pero por otro lado, bastante interesante. Finalmente quiero recordar que hay una serie de grandes accionistas extranjeros en Gazprom y cuando realizaron sus inversiones tenían un valor, pero ahora tienen otro valor completamente distinto, porque el paquete más grande que tuvimos -yo durante bastante tiempo fui presidente del consejo de directores de Gazprom-, creo que nuestros socios alemanes, y era cerca de un 6%. En la cima de la capitalización había más de 20.000 millones de dólares. Luego invirtieron, seguramente unas 15 veces menos. Por eso, este es un tema que exige un análisis especial y detallado. Por eso, no diría que no a nada, ni anticiparía nada ahora. Nos reuniremos con el presidente Yanukóvich y lo hablaremos.

SVETLANA LEÓNTIEVA:

Señor presidente, aquí mismo hace una semana en Gorki, en la reunión informal del consejo de líderes de la CEI, usted dijo que todos los líderes, todos los jefes estatales de la CEI están listos para cooperar fructíferamente con Ucrania. ¿Se trataba de algunos proyectos o de iniciativas que desconocemos?

MEDVÉDEV:

De proyectos que no conocen ustedes no se trataba, porque estamos abiertos a la colaboración. Ucrania es un miembro de la Comunidad de Estados Independientes como otros. No ha salido de esta comunidad. Nadie ha tratado de dejarla aislada. Las relaciones con el presidente previo no han sido simples. Con el Gobierno previo teníamos discrepancias también. Pero hasta en los momentos difíciles de nuestras relaciones seguíamos reuniéndonos. En la cumbre adoptamos programas conjuntos, por ejemplo, el programa de desarrollo de las economías de los estados de la CEI para el periodo hasta el año 2020. Tal vez tenga un aspecto abstracto. Pero realmente es importante. Porque tenemos que entender en qué periodo de desarrollo estamos. Esto está relacionado con el comercio bilateral, con los planes de inversión. Lo he revisado y no lo puedo atribuir a que ahora tengan ustedes un nuevo presidente y un nuevo Gobierno, pero puede ser que esto haya desempeñado algún papel. Nuestro volumen de comercio de los 3 pasados meses desde enero hasta marzo ha sido de 7.000 millones de dólares. Que significa prácticamente un aumento doble. Sí, puede ser que sea un efecto de salida de la crisis. Pero también es el efecto de llegada al poder de un equipo nuevo. Esto significa que podemos llegar a un nivel de cifras serias, que son las cifras del periodo anterior a la crisis. Estoy seguro de que aquí el papel positivo lo ejercen no solamente los elementos económicos, sino también los factores políticos ya que la mayor parte de los programas que podrían haber sido realizados, se congelaron. Es un momento triste.

SVETLANA LEÓNTIEVA:

¿Y qué programas pueden estar descongelados?

MEDVÉDEV:

Los que estamos discutiendo ahora. Podríamos dar un empuje al desarrollo de nuestra colaboración en el campo de la aviación y del cosmos. Inclusive los medios de comunicación, como GLONAS. Es una esfera de mutuo interés.
Programas relacionados con el cosmos son el programa de Dniépr, que incluye lanzamientos. Hay un montón de ideas en la esfera energética de la que yo hablé.
No sólo la  colaboración entre GAZPROM y sus socios ucranianos. Considero que podríamos pensar en la participación de las compañías rusas en la modernización de varias estructuras industriales grandes que están dislocadas en su territorio. Y hay que hacerlo a base de interés y provecho mutuo. Pero realmente hemos tenido una cooperación muy buena. Si podemos reconstruirla, el volumen de comercio va a crecer seguramente. No es sólo a costa de aumentar el volumen de los recursos energéticos suministrados, como el gas y el petróleo, lo que se refleja en el volumen de comercio también, sino a costa de proyectos altamente tecnológicos.

OLEG PANIUTA:

Dmitri Anatólevich, la cooperación productiva en principio puede tener un efecto muy rápido, una evolución eficaz de trabajo común, pero ¿cree usted que para eso hacen falta algunos resultados previos? Si esto no va a ser suficiente, ¿hay que ofrecer la posibilidad a los hombres de negocios de sentir que tienen el apoyo estatal o simplemente no molestarles?

MEDVÉDEV:

Me he dedicado a los negocios durante 10 años. Es mejor no molestar. Pero eso no es posible. De todos modos, vamos a molestar, puede estar seguro de ello. Así está formada nuestra dirección estatal. Así es la burocracia, así que, de todas formas vamos a molestar. Hablando en serio, considero que de todos modos tenemos que dar algunos impulsos gubernamentales. Por eso durante mi estancia quiero no sólo realizar los eventos oficiales, conversaciones con el presidente, llevar a cabo la sesión de la comisión intergubernamental entre Rusia y Ucrania, sino encontrarme con el mundo de los negocios. Me parece que esto es útil, teniendo en cuenta que muchos contactos estaban congelados. Pero, no voy a ocultar que en varios casos hemos tenido quejas. Ahora parcialmente ya no siguen vigentes, a causa de cómo actuaron con las inversiones rusas. Por desgracia estaban relacionadas con ciertas disputas internas políticas que en aquel periodo tenían ustedes. Sin embargo, ahora se puede salir de esta situación y crear un clima de inversiones positivo. Por eso me gustaría encontrarme con los hombres de negocios ucranianos. Por eso, el empuje a nivel gubernamental internacional es necesario. Pero la dirección de las inversiones y proyectos por parte del Estado y del Gobierno me parece que no siempre es productiva, sobre todo cuando se trata de la llegada de inversores privados, lo deseable es que sientan un desahogo mutuo. La tarea del Estado es conservar estas inversiones. Existe cierta teoría del Estado llamada 'centinela nocturno', aunque esto es seguramente una exageración, pero el Gobierno debe estar pendiente. Y el propio contacto con los negocios debe efectuarse por parte de los representantes de la élite de los negocios.

MARIA CHMIL:

Dmitri Anatólievich, la oposición ucraniana está segura de que un viraje tan brusco en las relaciones entre Rusia y Ucrania, esta intensificación de la colaboración en su esencia está basada en que Rusia está envolviendo a Ucrania en su esfera de influencia geopolítica más fuerte de lo que ha estado Ucrania nunca. ¿Qué opina en cuanto a esto? Algunas personas están seguras de que esto lleva a que Ucrania pierda la perspectiva de ser miembro de la Unión Europea. ¿Cree usted que Ucrania debe temer esta fuerte amistad con Rusia?

MEDVÉDEV:

Sabe, Ucrania no es homogénea. Hemos hablado de que existen diferentes opiniones. Las tienen ambas partes. Yo creo que no hay que tener miedo. Todo está en orden. Si hablamos de las relaciones de hace un año, no las había. No había ninguna aspiración de Ucrania a ningún sitio, no había relaciones. Se negaron a enviar a un embajador porque prácticamente las relaciones eran nulas. Los contactos de negocios se congelaron. Sí, claro que se proporcionaba gas y petróleo, esto no se puede anular ya que tenemos un contrato de obligaciones. Por eso ahora las estamos descongelando, no puedo decir que las vayamos a desarrollar hasta niveles máximos. Últimamente el presidente Yanukóvich y yo nos hemos encontrado 6 veces. Esto es mucha frecuencia y cuando vaya a Kiev, será la séptima. Creo que estamos llenando el espacio vacío de aquel tiempo, aunque sea para levantar nuestras relaciones al mismo nivel en el que estaban antes de la crisis. ¿Qué va a pasar luego? Ya veremos. Lo subrayo otra vez, esto debe hacerse partiendo de nuestros intereses nacionales, rusos y ucranianos, teniendo en cuenta dónde queremos llegar.

SVETLANA LEÓNTIEVA:

Yo quería preguntarle también... Como es sabido entre nuestros países hay unas relaciones muy estrechas y sé que sus raíces por parte de madre tienen origen en la provincia de Bélgorod, vinculada con la provincia de Kiev. ¿No es así? Si no me equivoco, en la historia de su familia hubo un apellido tipo Kovalenko. Creo que proviene del ucraniano Koval.

MEDVÉDEV:

Sí, es verdad. Entonces, hablar sobre los Kovalenko y los Koval, quiénes fueron los que se separaron en la historia de nuestros pueblos, es un tema poco constructivo para discutir. Así que propongo no profundizar en él. Tengo en cuenta la división territorial y administrativa de Rusia que siempre ha estado cambiando, tanto en el periodo del Imperio Ruso como durante el periodo postsoviético.

MARÍA CHMIL:

Pero hubo un período de coexistencia dentro de un estado único.

MEDVÉDEV:

Sí, lo principal es que vivimos juntos. Hablando de la provincia de Bélgorod, hubo periodos en los que formó parte de distintos territorios, por ejemplo de la provincia de Vorónezh, o si no me equivoco de la de Járkov y de algunas otras, hasta adquirir su estatus actual. El hecho es que mis familiares por parte de madre provienen de allí. Pero mi abuela me dijo que mi bisabuelo y sus tatarabuelos ni siquiera eran los Kovalev sino los Koval. Creo que de ahí es evidente su cierto parentesco con los que viven en su tierra. Pero realmente no sé lo profundos que son estos vínculos, aunque es evidente que los hubo. Se trata además de una especie de microambiente, porque mi abuela, a pesar de la carrera superior que tuvo y siendo una persona educada e intelectual, habló toda su vida un idioma que presentaba una mezcla de ruso y ucraniano, el llamado 'surzhik'. Personalmente para mí era un ambiente muy natural cuando iba a visitarles, en aquel entonces vivían en la ciudad de Vorónezh. Desgraciadamente nunca estuve en la provincia de Bélgorod, aunque pienso ir allí. Precisamente por eso tengo un gran interés en mi historia y en los vínculos de mi familia y de su apellido con mis parientes que vivieron tanto en Rusia como en Ucrania. Voy a buscar a ver si puedo encontrar más información allí.

MARÍA CHMIL:

Muchas gracias por sus respuestas a las preguntas de los televidentes ucranianos y le esperamos en Kiev, en Ucrania.

MEDVÉDEV:

Gracias a ustedes, iré pronto, así que procuren que haga buen tiempo. ¿De acuerdo?

MARÍA CHMIL:

De acuerdo.

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