Dotado de una envergadura de casi 40 metros –superior a la del Boeing 757–, el Triton será capaz de efectuar en tiempo real las tareas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR, por sus siglas en inglés) gracias a un conjunto de sensores que proporciona una vista de 360 grados en un radio de más de 3.700 kilómetros, lo que supone una mejora importante de la vigilancia aérea, muy superior a la de cualquiera de sus competidores.
Al mismo tiempo, su protección única contra el hielo y los relámpagos permite al Triton sumergirse a través de las nubes para conseguir una vista más cercana y clasificar automáticamente los barcos enemigos. Además, durante las últimas pruebas, el 'drone' se mostró capaz de recuperarse con facilidad de las perturbaciones en su trayectoria de vuelo causadas por las turbulencias.
Los operadores sobre el terreno podrán obtener del aparato imágenes de alta resolución utilizando el radar para la detección de objetivos e intercambiar la información con otras unidades militares.
Hasta ahora, el Tritón ha completado vuelos de hasta 9,4 horas de duración a una altitud de más de 15.000 metros en las instalaciones del fabricante, en California (EE.UU.). De acuerdo con Northrop Grumman, el Tritón podría abordar misiones de hasta 24 horas.
El fabricante aseguró anteriormente que el Tritón había demostrado la resistencia estructural de sus alas –una capacidad clave que permitirá a la aeronave descender desde importantes altitudes para realizar una identificación positiva de los objetivos durante las misiones de vigilancia– incluso cuando fue sometida a una carga que superaba en un 22% los requisitos de la Armada norteamericana.
En virtud del contrato inicial firmado en el 2008, la Marina de EE.UU. ordenó 68 aviones teledirigidos MQ-4C Triton, cuya entrega está prevista para el 2017.