"Washington apoyaría al propio diablo"

Cualquier país que lleve una política independiente del capitalismo global y se esfuerce para mejorar su propia posición y las condiciones de vida de su pueblo se convierte en un blanco del imperialismo estadounidense.
Esta es la opinión del analista político estadounidense Michael Parenti desgranada en una entrevista con la emisora La Voz de Rusia.

"Cualquier líder que use los recursos y la mano de obra de su país para la prosperidad y el autodesarrollo de su pueblo es visto como malvado y hostil hacia Estados Unidos y Occidente", dijo.
Y cualquier país que pueda seguir su propio camino y hacer lo que decida, cualquier país que pueda excluir a EE.UU. y a la plutocracia occidental, ese país se convierte en un obstáculo para las ganancias y el dominio de estos últimos 

Mencionando los ejemplos de Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia, Siria o Irán, el experto afirmó que para las élites imperialistas existen solo dos tipos de país: satélites y enemigos.

"Y cualquier país que pueda seguir su propio camino y hacer lo que decida, cualquier país que pueda excluir a EE.UU. y a la plutocracia occidental, ese país se convierte en un obstáculo para las ganancias y el dominio de estos últimos", resaltó Parenti.

Por eso EE.UU. demoniza a los líderes de esos países, sostuvo el experto recordando a Slobodan Milosevic, Muammar Gaddafi, Sadam Husein y Bashar al Assad.

El autor de varios libros sobre geopolítica, señaló que la política de Occidente está dirigida a asegurar el capitalismo global y sus inversiones en él.

"Es una guerra de clases, muy bien disfrazada bajo cosas como la seguridad, las elecciones democráticas y las guerras humanitarias o la lucha contra el genocidio y el terrorismo", añadió.

Hablando de Oriente Medio, Parenti dijo que Occidente no interviene en los países gobernados por dictadores y asesinos mientras esos líderes dan acceso al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y a los inversionistas plutócratas occidentales, "convirtiendo a su pueblo en una fuerza laboral que funciona a nivel de servidumbre".

"EE.UU. apoyó a algunos de los peores y horribles líderes, en Afganistán, por ejemplo", dijo el experto en referencia a los muyahidines que lucharon contra los comunistas en la década de los 80 del siglo XX.

"Washington apoyaría al propio diablo", exclamó.

Según el analista, a Occidente le enfada todo lo que se parece a una democracia social. "No buscan desarrollo, sino explotación", subrayó.