"Basándonos en las declaraciones de Greenpeace, se puede concluir que los militares de Senegal actúan de acuerdo a las instrucciones de esta organización", dijo Alexánder Saveliev, el portavoz de la Agencia Federal rusa de Pesca.
Basándonos en las declaraciones de Greenpeace, se puede concluir que los militares de Senegal actúan de acuerdo a las instrucciones de esta organización
La agencia se refiere a la declaración de Greenpeace África que alabó el martes pasado al Gobierno senegalés por el arresto del barco Oleg Naydénov en el océano Atlántico.
"A raíz de la detención de ese pesquero de bandera rusa por la Armada de Senegal por sospechas de pesca ilegal, Greenpeace reitera su apoyo al Gobierno de Senegal por la protección de las normas pesqueras, y llama al presidente y a su Gobierno a mantener firmeza en su compromiso de poner fin a las actividades ilegales por parte de esos buques", afirmó Greenpeace.
El barco, cuya tripulación tiene ciudadanos de Rusia y Guinea-Bisáu, fue detenido sin explicación alguna el pasado 4 de enero por militares senegaleses a unas 46 millas de la costa de Guinea-Bisáu y escoltado a Dakar.
Durante la detención los militares senegaleses usaron la fuerza, después de lo cual el capitán y una empleada del comedor pidieron una asistencia médica que les fue denegada.
Actualmente la tripulación de 82 personas permanece arrestada a bordo del barco, sin que las autoridades senegalesas hayan presentado acusaciones oficiales ni proporcionado explicaciones.
Tras la detención del barco, Guinea-Bisáu puso fin a los acuerdos de pesca con Senegal.
El representante para los derechos humanos del Ministerio de Exteriores ruso afirmó que Dakar está tratando de evitar cualquier contacto con Moscú.
Greenpeace protagonizó un escándalo internacional con el Gobierno ruso el año pasado. 30 activistas de la organización ecologista fueron detenidos el pasado 19 de septiembre a bordo del barco Arctic Sunrise, después de que regresara de una plataforma petrolera rusa donde habían realizado una acción de protesta contra la extracción de hidrocarburos en el Ártico.
Los activistas se enfrentaron a un proceso judicial inicialmente por piratería, cargos posteriormente reclasificados como vandalismo, hasta ser amnistiados y liberados en diciembre.