El pasado 30 de diciembre la llevaban en trolebús a una policlínica para someterla a un examen rutinario cuando un terrorista suicida entró en el vehículo y detonó una bomba. La fuerte explosión se cobró la vida de 14 personas, incluidas la madre y la abuela de Viktoria. El bebé apenas logró salvarse.
Por un lado creo que fue en parte un milagro, porque Dios sabe que los bebés no deben sufrir
"Por un lado creo que fue en parte un milagro, porque Dios sabe que los bebés no deben sufrir. La niña llevaba puesto un mono de tela bastante tupida que pudo protegerla. Según el médico, si mi hija hubiera sido mayor o más grande, no habría tenido oportunidad de salvarse", dijo Vasili Tolkunov, padre de Veronika.
Al noveno día después del atentado el estado de la niña empezó a mejorar. El proceso de su tratamiento lo controla personalmente la ministra de Sanidad rusa.
"Afortunadamente la niña ya se siente mucho mejor […]. Respira prácticamente sin aparatos. Salió del coma y ya digiere la comida", comunicó la ministra Veronika Skvortsova.
La noticia alentó no solo a sus familiares, sino también a muchos vecinos de Volgogrado, a los que impactó la historia de esta niña. Y es que poco después del acto terrorista, cuando aún no podían localizar a su padre, varias decenas de personas expresaron su deseo de adoptarla.
Aunque los últimos partes médicos son prudentemente optimistas, incluso su padre entiende que el proceso de rehabilitación de la pequeña podría durar varios meses.