El vicealmirante Robert Thomas indicó a la cadena japonesa NHK que la zona, en el mar de China Oriental, es un espacio internacional donde aeronaves de cualquier país pueden volar libremente.
Asimismo, señaló que en sus operaciones de vigilancia la Séptima Flota estadounidense está utilizando aviones de patrulla marítima de última generación P-8 Poseidon, proyectados para llevar a cabo misiones de guerra antisubmarina, intercepción de embarcaciones y para desarrollar labores de inteligencia electrónica. Estos aviones están equipados con sofisticados equipos de radar y cuentan con torpedos y misiles antibuque.
Las aeronaves llegaron a la base aérea de Kadena en Okinawa (Japón) el mes pasado, pero su despliegue ya estaba previsto antes de que China estableciera una zona de defensa aérea sobre las islas Senkaku (Diaoyu para China) a finales de noviembre. Una decisión que provocó la oposición de EE.UU. y sus aliados en la región, Japón y Corea del Sur.
En la entrevista, el comandante hizo hincapié en la necesidad de potenciar la cooperación militar entre Washington y Pekín. La participación de la Armada china este año en el ejercicio naval RIMPAC, liderado por EE.UU., es fundamental para el fomento de la confianza entre ambas naciones, aseguró.