Las autoridades federales mexicanas, en voz del subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa, reconocieron que en el estado de Michoacán existe un grave problema causado por las actividades violentas que llevaron a cabo unos hombres armados, a quienes los medios locales definen como "grupos de autodefensa".
En este entorno, el Gobierno de México desplegó unos 1.500 policías y militares con el fin de restituir la paz pública en la zona. Mientras tanto, los rotativos locales indicaron que unos civiles armados tomaron el mismo día dos poblados del estado de Michoacán, cumpliéndose una semana de fuertes enfrentamientos.
El viernes pasado se registraron disturbios en la ciudad de Apatzingán, dando lugar a tiroteos, saqueos e incendios, incluso en la Alcaldía. Las autoridades estatales informaron que hubo una víctima mortal, siete tiendas incendiadas y, al menos, una decena de vehículos incinerados.
La intención de unos 200 hombres armados –supuestamente pertenecientes a los grupos de autodefensa, que llegaron al punto de acceso a Apatzingán en 40 camionetas– sería rodear la ciudad para lanzar un ataque contra el cartel de Los Caballeros Templarios, que se había arraigado en esta localidad mexicana.
El año pasado se multiplicaron los llamados grupos de autodefensa, principalmente, en las zonas rurales de México, el único objetivo de los cuales, de acuerdo con sus proclamaciones, "es extirpar el crimen organizado ante la indiferencia del Gobierno y las fuerzas de seguridad".