Nacionalistas radicales podrían estar detrás de la violencia en Ucrania

La escalada de la violencia en Kiev ha provocado varias muertes y cientos de heridos. Los retratos de nacionalistas ucranianos y las esvásticas que enarbolan los manifestantes sugieren que grupos ultranacionalistas podrían ser los responsables.
Las impactantes imágenes que muestran a los manifestantes ucranianos atacando a los agentes antidisturbios con cócteles molotov a plena luz del día en Kiev han desatado la polémica. Muchos apuntan que los instigadores de la espiral de violencia, que se ha recrudecido en las calles de la capital, serían grupos nacionalistas. Una tendencia que, según las autoridades, incluso los líderes de la oposición son incapaces de contener.
 
Muchos ciudadanos ucranianos corrientes también están de acuerdo en lo que se refiere a la falta de control en las filas opositoras. "Es una pena que en Ucrania la oposición sea tan débil, que los participantes más agresivos y activos sean los que se cubren con la bandera del nacionalismo radical. Es una debilidad de la sociedad ucraniana", señaló un ciudadano a RT. Otro hombre expresó una idea similar: "Según mi opinión, al principio hubo disturbios. Lo que pasa ahora es algo completamente descontrolado. Es difícil predecir cómo terminará todo esto".
 
Las protestas ya han dejado varios muertos y centenares de heridos. Los manifestantes no paran de lanzar acusaciones contra los agentes antidisturbios, a quienes culpan de algunas de las muertes. Algo que descartan las autoridades, alegando que los policías no portaban armas de fuego. A ese respecto, surgen nuevos y controvertidos datos: al parecer, las personas que fueron asesinadas murieron por disparos de escopetas de caza, armas que no se corresponden con las que portan los agentes de Policía o los militares. Este hecho despierta varios interrogantes e invita a la reflexión.

El politólogo Serguéi Kiselióv opina que la mayoría de las fuerzas activas que protestan hoy en Kiev no se someten a la oposición política, sino que se componen de "nacionalistas radicales, hinchas de fútbol, 'hooligans', románticos revolucionarios, todo tipo de papanatas o simplemente subnormales". Es un colectivo heterogéneo; pero, paradójicamente, son justamente los nacionalistas radicales los que tienen disciplina y saben actuar dentro de una muchedumbre y llevar a cabo estos disturbios, especifica el politólogo.
 
Recientemente surgió la información de que entre las últimas víctimas de la violencia figuran miembros de la comunidad judía.
 
Los retratos de uno de los líderes del nacionalismo ucraniano, Stepán Bandera, implicado en limpiezas étnicas el siglo pasado, se han convertido en un elemento indispensable de las manifestaciones que ya no sorprende a la población. Pero al otro lado de las barricadas se detecta otro fenómeno: los activistas lucen caracteres rúnicos, unos símbolos que anteriormente fueron utilizados por algunas de las unidades de las SS.
 
En las calles de Kiev circulan muchos anuncios difundidos por los manifestantes opositores, que prometen pagar unos 100.000 dólares por la 'cabeza' de los supuestos francotiradores que hayan asesinado a alguna persona durante los disturbios. Este ofrecimiento de recompensa se junta a otros polémicos llamamientos: "Es cruel, pero no tenemos otra alternativa. Quienes conozcan las direcciones de los agentes antidisturbios, quémenles las puertas, rómpanles las ventanas, agredan a sus mujeres e hijos. Duele escribirlo pero es necesario, nada de compasión. Es una oportunidad de eliminar a esos polizontes que nos matan".

La radicalización de las manifestaciones en Kiev parece tener lugar en todos los frentes. A su vez, los policías responden con agresiones, y sus acciones tampoco pueden describirse como 'caricias'. Todo parece indicar que, si no se toman las acciones necesarias para frenar a los radicales, la situación podría llegar demasiado lejos.