Los jueces del alto tribunal modificaron la frontera marítima delimitando un triángulo cuyo vértice se ubica a 80 millas náuticas, y no las 200 que pretendía conservar Santiago.
Desde ese vértice, la CIJ trazó una línea equidistante que delimita un nuevo espacio de mar concedido a Perú, pero que no despoja del todo a Chile de las aguas que su vecino del norte reclamaba, dejando la sensación de que el país austral salió bien librado ya que no perdió tanto como potencialmente podía.
"Deja a las dos naciones medianamente satisfechas, medianamente insatisfechas. Ese estado de ánimo ayuda a que se concrete un fallo y que en ese sentido no solo es salomónico, sino sabio", le dijo a BBC Mundo Antonio Zapata, historiador y columnista peruano.
Los presidentes, tanto el chileno Sebastián Piñera, como su colega peruano Ollanta Humala, reiteraron que acatarán el fallo y se espera una cordial reunión de los mandatarios durante la cumbre de la Celac que se celebra en Cuba.
"El fallo ha sido favorable para Perú y atiende nuestras legítimas expectativas al reivindicar el ejercicio de derechos soberanos sobre un amplio espacio de mar de más de 50.000 kilómetros cuadrados, lo que representa más del 70% del total de nuestras demandas originales", dijo Humala. Piñera dijo que la corte "ha confirmado en lo sustancial la posición chilena", mientras Humala dijo que "Perú se siente complacido con esta opción de paz".
¿Justicia Contextualizada?
Aunque la Corte estableció que aquellos tratados de los años cincuenta efectivamente delimitan de forma tácita la frontera entre Chile y Perú, cabe preguntarse entonces por qué resolvió modificar la línea paralela que hasta ahora servía de límite práctico. Y por qué lo hace desde las 80 millas y no la 60 o la 100, por ejemplo.
El chileno Jorge Contesse, profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Rutgers-Newark (EE.UU.), le explicó a BBC Mundo que lo que hace la CIJ en su sentencia es "justicia contextualizada". "La Corte parte del principio de que la manera de resolver esto es atender a las actividades pesqueras del tiempo en que se celebraron los acuerdos, o sea, inicio de la década de los 50", afirma Contesse.
Pescadores inconformes
El fallo provocó reacciones aireadas entre los pescadores de la ciudad fronteriza de Arica (Chile), que estiman que la decisión adoptada por la CIJ perjudica sus intereses.
"No es menor lo que hemos perdido, pero no es lo que realmente pensábamos que íbamos a perder", declaró Sergio Guerrero, presidente del Sindicato de Pescadores Artesanales de la región de Arica.
Según este dirigente, la mayor parte de la pesca de anchoveta no se verá afectada por la nueva delimitación, aunque los pescadores chilenos deberán renunciar a otras especies que viven en aguas más profundas, como la palometa o el bacalao, que se capturan entre 60 y 150 millas de la costa.
Los pescadores y otros representantes de organizaciones sociales se congregaron en el puerto de Arica, ciudad situada a 25 kilómetros de la peruana Tacna y a 2.051 de Santiago, para seguir en directo la lectura del fallo.