"Sigue siendo improbable que la aprobación o denegación de cualquier proyecto único de transporte de crudo impacte significativamente en la tasa de extracción de las arenas bituminosas o la demanda continuada de petróleo pesado en las refinerías", señala el esperado informe 'Estudio de Impacto Ecológico' (EIS, por sus siglas en inglés) que se considera clave para decidir el destino del polémico proyecto.
El oleoducto Keystone XL abarcaría 2.000 kilómetros desde las arenas de alquitrán de Canadá hasta el Golfo de México, atravesando los EE.UU. de norte a sur. Los impulsores del proyecto insisten que la construcción del conducto, que se estima en 7.000 de dólares, reduciría la dependencia del crudo respecto de Oriente Medio y generaría aproximadamente 42.000 puestos del trabajo al año en EE.UU.
No obstante, la masiva indignación popular ha obligado a aplazar la construcción del Keystone XL varias veces para poder evaluar más detalladamente su posible impacto sobre la naturaleza, así como las medidas para minimizar estos riesgos. La mayor polémica la suscita la desestabilización de ecosistemas y la exploración de las arenas bituminosas de Canadá, consideradas las más sucias de planeta, lo que aumentaría la emisión de gases con efecto invernadero.
Pese a que el estudio del Departamento de Estado admite que la extracción de arenas bituminosas genera "más emisiones de carbono" que otras fuentes de petróleo, pronostica que la contaminación de Keystone XL
no se diferencia mucho de otros proyectos de la misma magnitud.