"Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, tienen prioridad sobre la necesidad de una distribución equitativa de la riqueza", dijo, citado por la agencia Reuters, en un mensaje corto de la Cuaresma, el período solemne de ayuno previo a la Semana Santa y la Pascua.
"Por lo tanto, nuestras conciencias tienen que convertirse a la justicia, la igualdad, la sencillez y la voluntad de compartir", señaló el líder del Vaticano.
Francisco distinguió también la pobreza material y la miseria moral, que, según sus palabras, "está compuesta por la esclavitud del vicio y del pecado".
"¡Cuánto dolor se produce en las familias, porque uno de sus miembros, a menudo una persona joven, es esclavo de alcohol, drogas, juegos y pornografía!", exclamó.
"¡Cuántas personas ya no ven sentido en la vida ni perspectivas para el futuro, cuántos han perdido la esperanza! ¡Y cuántas están sumergidas en esta miseria por las condiciones sociales injustas, por el desempleo, que les priva de su dignidad como fuente de ingresos de la familia, y por la falta de igualdad en el acceso a la educación y a la atención sanitaria", dijo el papa.
Según el papa Francisco, a veces las "condiciones sociales injustas" como el desempleo conllevan este tipo de miseria al privar a las personas de la dignidad del trabajo y del acceso a la educación y atención médica. "En esos casos, la miseria moral puede considerarse como el suicidio inminente", dijo el pontífice.
El papa Francisco en varias ocasiones
ya ha mostrado su actitud negativa frente a los excesos del capitalismo y la injusta distribución de los ingresos en un mundo globalizado, y su mensaje más reciente se hizo eco de esas preocupaciones.