Así lo considera el miembro de la Academia de Ingeniería de China, rector de la Universidad de Tecnología Informática y general mayor del Ejército chino Wu Xing Jiang, en una extensa entrevista concedida al semanario local 'Oriental Outlook'.
A juicio del experto (autor de varios proyectos informáticos chinos), varios Estados, incluyendo Estados Unidos y Corea del Sur, siguen creando los llamados 'comandos cibernéticos', infundiendo de esta manera justificados temores a China, que según el experto se siente indefensa contra posibles ataques cibernéticos y es consciente de la triste probabilidad de verse inmersa en el caos total debido al fallo de todos los sistemas vitales para el país en caso de una guerra.
"No queremos ser transparentes, pero lo somos"
"En términos de tecnologías de la información y de la Red, nuestro país sigue a la zaga, pero ahora vivimos un momento de rápido aumento de este potencial. Algunos países tecnológicamente avanzados en ese sentido tienen una ventaja natural. La superioridad de Estados Unidos, por ejemplo, puede considerarse absoluta. El objetivo estratégico de EE.UU. es ser capaz de actuar en el ciberespacio con una libertad absoluta y, como resultado, utilizar su aplastante ventaja tecnológica para controlar el ciberespacio."Siempre estamos gritando '¡que viene el lobo!', pero de hecho ya tenemos a un lobo con piel de cordero entre las ovejas. Ya estamos en una situación de amenaza a nuestra seguridad"Nuestros sistemas de redes y de información, así como toda la infraestructura de la Red en gran medida dependen de hardware, software, componentes, repuestos e incluso sistemas operativos desarrollados en Estados Unidos y otros países avanzados. Utilizamos masivamente hardware y software extranjero en la energía, el transporte y la infraestructura financiera (las áreas más sensibles), con lo cual tendemos a ser transparentes, algo desfavorable para nosotros. Esta transparencia de información se ha convertido en una dura realidad para nosotros. No queremos ser transparentes, pero en realidad lo somos", enfatizó.
Según el experto, China no ha desarrollado todavía un sistema de seguridad de la información global que existe a todos los niveles del sistema institucional, la legislación, la política y la seguridad.
"Siempre estamos gritando '¡que viene el lobo!', pero de hecho ya tenemos a un lobo con piel de cordero entre las ovejas. Ya estamos en una situación de amenaza a nuestra seguridad", explicó.
El fenómeno de opio
Por ejemplo, el sistema bancario chino (y no solo el chino) usa hardware y software adquiridos en el extranjero, algo muy peligroso a juicio del experto, que incluso llega a comparar esta dependencia con la droga.El software extranjero es bueno, pero es como el opio: fumas y no piensas en las consecuencias, pues estás dominado por ilusiones"El software extranjero está relativamente maduro, es técnicamente más avanzado, su funcionalidad es más completa y es, sin duda, más fácil de usar. Sin embargo conlleva un riesgo en el cual no quieren pensar muchos y cuya existencia no quieren reconocer. Estas cosas son buenas, pero son como el opio: fumas y no piensas en las consecuencias, pues estás dominado por ilusiones. No obstante, es perjudicial para nuestro cuerpo e incluso amenaza a nuestra vida, y no debemos ignorarlo, sino que debemos desarrollar un sistema innovador que controlemos nosotros mismos y que, por tanto, nunca nos creará problemas."
Las bombas nucleares causan destrucción local, mientras que la guerra cibernética puede destruir todo un país
Según Wu Xing Jiang, "una ciberguerra es una guerra muy especial. Tiene cierto parecido con una guerra tradicional, pero hay diferencias."En primer lugar, una guerra en la Red es una guerra sin humo ni disparos, pero en ella no existe una división en períodos de paz y de guerra.
"En segundo lugar, los objetos de guerra son distintos. Se trata de una lucha de un individuo contra el Estado, de un individuo contra la sociedad, de un Estado contra otro Estado. Estas guerras pueden involucrar a organizaciones gubernamentales o no gubernamentales.
"Este tipo de confrontación, en tercer lugar, perjudica principalmente a la infraestructura de telecomunicaciones y a varios sistemas informáticos, y solo después afecta al mundo real, produciendo agitación y disturbios. Por ejemplo, se trata de desorganizar los sistemas financiero, de transporte y de energía, lo cual repercute directamente en el potencial militar del país e influye en el curso de una guerra.
"Y, por último, no hay que olvidar que las guerras modernas son guerras de tecnologías informáticas, de armas de precisión. Mediante una ciberguerra se podría disminuir la precisión de este tipo de armas.
"La sociedad moderna depende de las tecnologías informáticas, depende de la Red; el daño de una bomba es local, mientras que la guerra cibernética puede paralizar un país y hasta sumergir en el caos a todo el mundo. Tomando el concepto geográfico, su impacto es mayor que el de una bomba nuclear. Por ejemplo, es capaz de paralizar el sistema de comunicaciones de un país, de paralizar todo su sistema financiero, de causar agitación social y un desorden en la economía nacional, lo que al final de cuentas tendría como resultado que este Estado no tuviera voluntad para luchar. Todo esto es difícil lograrlo con una bomba nuclear.
"Por lo tanto, la afirmación de que una guerra en la Red es más terrible que un ataque nuclear no es ninguna exageración. Imaginemos que no disponemos de teléfonos, que no recibimos ninguna información: en una situación parecida estaríamos asustados. Si se derrumba el sistema informativo la sociedad estará sumida en un caos, se cortará la electricidad, no habrá gas, no podremos abrir el coche, fallarán también nuestras armas y equipos. Sin duda alguna, el impacto psicológico que tendría sería mucho mayor que el de la explosión de una bomba nuclear", concluyó Wu Xing Jiang.
Además de poseer varios cargos, Wu Xing Jian es un famoso experto en el campo de las telecomunicaciones y los sistemas de información, de informática y de tecnologías de red. Hasta la fecha ha organizado y llevado a cabo más de 10 proyectos clave del Gobierno relacionados con las cuestiones más apasionantes de la ciencia; también hizo una contribución histórica al rápido desarrollo y a la industrialización del sector chino de las telecomunicaciones de alta tecnología al liderar el proyecto de desarrollo del primer ordenador de encriptación del mundo.