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Desvelan impunidad por crímenes sexuales de militares de EE.UU. en Japón
La mayoría de los militares en servicio en las bases del Ejército estadounidense en Japón, que fueron hallados culpables de crímenes sexuales en los últimos años, no fue a la cárcel, según documentos internos del Departamento de Defensa de EE.UU.
En vez de ello, tras revisar cientos de casos presentados en la mayor instalación militar de EE.UU. en el extranjero, los delincuentes fueron multados, degradados, castigados con no salir de sus bases o retirados de las Fuerzas Armadas.
En unos 30 casos, el castigo se limitó a una mera carta de reprimenda. Más de 1.000 registros, obtenidos por AP gracias a la Ley por la Libertad de la Información de EE.UU. (Freedom of Information Act), describen gráficamente y en detalle cientos de casos de abusos sexuales cometidos en dichas bases militares.
Estos datos pintan "un panorama inquietante" de cómo los oficiales estadounidenses de alto rango enjuician y castigan a las tropas acusadas de crímenes sexuales, opinan los expertos.
La gestión de las denuncias rayaba en lo caótico, con casos graves a menudo reducidos a delitos menores. En dos casos de violación, los comandantes obviaron las recomendaciones del consejo de guerra y en su lugar retiraron los cargos.
Incluso cuando las autoridades castrenses reconocían que se había cometido un delito sexual, era poco probable que el sospechoso pisara la cárcel. De 244 militares cuyos castigos se detallan en los registros obtenidos, solo un tercio de ellos fueron encarcelados.
El análisis de los delitos sexuales denunciados entre 2005 y principios del 2013 muestra un esquema de fallos aleatorios e incongruentes. La Infantería de Marina fue la que envió a más infractores a prisión en comparación con otras ramas de las Fuerzas Armadas, porque de 270 casos, 59 de los acusados fueron puestos tras las rejas.
De los 203 casos de la Armada, más de 70 implicados fueron juzgados por un tribunal militar o recibieron algún tipo de sanción, sin embargo, solo 15 fueron a prisión. Por su parte, la Fuerza Aérea fue la más indulgente. De 125 delitos sexuales denunciados, la única sanción que se impuso a 21 militares hallados culpables fue una carta de amonestación.
En unos 30 casos, el castigo se limitó a una mera carta de reprimenda. Más de 1.000 registros, obtenidos por AP gracias a la Ley por la Libertad de la Información de EE.UU. (Freedom of Information Act), describen gráficamente y en detalle cientos de casos de abusos sexuales cometidos en dichas bases militares.
Estos datos pintan "un panorama inquietante" de cómo los oficiales estadounidenses de alto rango enjuician y castigan a las tropas acusadas de crímenes sexuales, opinan los expertos.
La gestión de las denuncias rayaba en lo caótico, con casos graves a menudo reducidos a delitos menores. En dos casos de violación, los comandantes obviaron las recomendaciones del consejo de guerra y en su lugar retiraron los cargos.
Incluso cuando las autoridades castrenses reconocían que se había cometido un delito sexual, era poco probable que el sospechoso pisara la cárcel. De 244 militares cuyos castigos se detallan en los registros obtenidos, solo un tercio de ellos fueron encarcelados.
El análisis de los delitos sexuales denunciados entre 2005 y principios del 2013 muestra un esquema de fallos aleatorios e incongruentes. La Infantería de Marina fue la que envió a más infractores a prisión en comparación con otras ramas de las Fuerzas Armadas, porque de 270 casos, 59 de los acusados fueron puestos tras las rejas.
De los 203 casos de la Armada, más de 70 implicados fueron juzgados por un tribunal militar o recibieron algún tipo de sanción, sin embargo, solo 15 fueron a prisión. Por su parte, la Fuerza Aérea fue la más indulgente. De 125 delitos sexuales denunciados, la única sanción que se impuso a 21 militares hallados culpables fue una carta de amonestación.
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