Las partes esperaban mucho de este encuentro, que tuvo lugar en el punto fronterizo Panmunjom. "Es una oportunidad de empezar una nueva era en la península coreana", dijo en la víspera el jefe adjunto del Servicio de Seguridad Nacional de Corea del Sur, Kim Kyou-hyun, quien presidió las negociaciones. "Quiero ir al reencuentro con la mente abierta para estudiar la oportunidad".
Entre las cosas que esperaba discutir Corea del Sur, estaba la reanudación de los reencuentros de las familias, divididas entre los dos países después de la guerra de 1950-1953. En enero pasado Pionyang declaró que se podrían organizar "en cualquier momento conveniente para Seúl". Corea del Sur propuso realizarlas a mediados de febrero, pero el Norte no consintió. En su lugar, durante las negociaciones de este miércoles la delegación norcoreana amenazó con suspender las discusiones sobre los reencuentros familiares en caso de que Corea del Sur siga con sus ejercicios militares anuales, previstos para este mes.
Las negociaciones no han aportado ningún progreso, resumió un oficial del Ministerio de Unificación surcoreano citado por la agencia Yonhap.