El profesor ruso Víctor Grojovsky, miembro de la Comisión de Meteoritos de la Academia de Ciencias Rusa, reconocido como 'el hombre del año' por la prestigiosa revista 'Nature', hizo públicos junto a sus colegas los resultados de la investigación acerca del famoso meteorito, logrados en el plazo de un año.
Se estableció que el meteorito de Cheliábinsk tenía una estructura inusual (una variedad de inclusiones de níquel-hierro, sulfuros y cobre nativo) y era muy frágil, desintegrándose en varios fragmentos después de que lo elevaran del lago Chebarkul.
Originalmente el meteorito pertenecía al cinturón de asteroides que se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter. Según diversas estimaciones, hace aproximadamente 1,2 millones de años se trasladó a una órbita que cruza la de la Tierra, y así se convirtió en un objeto potencialmente peligroso para nuestro planeta.
Grojovsky señala que es realmente un accidente de escala planetaria. "Por primera vez un meteorito cayó en una zona densamente poblada", explica. El científico también asegura que "es imposible predecir cuándo y en qué lugar de la Tierra caerá un meteorito similar". No obstante, no todo es tan pesimista: ha habido casos en los que sí se han registrado objetos espaciales aproximándose a la Tierra.
La investigación se vio obstaculizada porque más del 90% de la materia del meteorito se perdió: "prácticamente se lo llevó la gente, que deseaba un pedazo del meteorito como recuerdo".
Según indican los investigadores, el meteorito de Cheliábinsk llegó a ser el objeto registrado más grande que golpea la Tierra desde el fenómeno Tunguska, que afectó a Siberia en 1908.
La ciudad rusa de Cheliábinsk celebra con una conferencia científica el aniversario de la caída del meteorito, un accidente de escala planetaria que ocurrió el 15 de febrero de 2013. El 'héroe de la fiesta' perdió 20 kilos y está un poco oxidado, aunque todavía sigue siendo el centro de interés de todo el mundo.