Según publicó el experto Nil Nikándrov en el portal de la Fundación de la Cultura Estratégica, el dirigente de la formación opositora Voluntad Popular decidió "cambiar sus planes" y entregarse a las fuerzas del orden público después de que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) publicara una conversación telefónica entre dos representantes de una organización ultraderechista de Miami que discutían planes para la 'eliminación física' de López con el fin de acusar de su muerte al Gobierno de Maduro.
El experto señala que los conspiradores externos enviaron varios grupos de terroristas a Venezuela y que además tenían cómplices en el entorno de López. Los agentes de la CIA en Caracas sabían las intenciones de los terroristas, pero no tomaron medidas para garantizar su seguridad. Nikándrov destaca que el líder de la oposición "fue condenado a un asesinato a sangre fría en interés de EE.UU.". "Los conspiradores esperaban que este 'mártir' desencadenara procesos de desestabilización en el país", opina el analista y añade que el asesinato también habría permitido fortalecer las posiciones del otro líder opositor, Henrique Capriles, viejo rival de López.
A pesar de la tensión existente en Venezuela y de los múltiples problemas que López creó al Gobierno, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, contactó personalmente con la familia del opositor y advirtió de la amenaza que se cernía sobre él. Por su parte, la esposa de López confirmó a medios estadounidenses que la veracidad de la grabación nunca estuvo cuestionada, ya que conocían a la gente que planeaba el asesinato, dice Nikándrov.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, denunció que los opositores dirigidos y financiados desde Miami, planeaban atentar contra López para crear una crisis política y llevar al país a una guerra civil. Maduro indicó también que los conspiradores crearon un fondo de varios millones de dólares para financiar a los extremistas.
El experto recuerda que el mandatario venezolano anunció la expulsión de un grupo de diplomáticos estadounidenses que, con el pretexto de gestionar la entrega de supuestas visas, reclutaban a estudiantes universitarios venezolanos. El experto cree que la expulsión evidentemente no va a crear problemas significativos para la inteligencia de EE.UU., encubierta por la embajada, ya que existen un total de más de 200 de personas involucradas en estas actividades subversivas. Mantener a todos bajo el control del SEBIN es técnicamente difícil, por lo que es posible en este caso introducir una cuota en el número de diplomáticos estadounidenses, algo que permitirá disminuir la intensidad de las operaciones especiales de la CIA y otras entidades hostiles en el país, sugiere el analista internacional.
Nikándrov concluye que la embajada de EE.UU. en Caracas se convirtió en un centro de coordinación de la conspiración contra el Gobierno venezolano a gran escala para fomentar una sangrienta guerra civil en el país, y que el objetivo estratégico de Washington es apoderarse de las abundantes reservas de hidrocarburos de Venezuela desestabilizando este Estado y desacreditando su liderazgo y, en particular, al presidente Nicolás Maduro.