Analista: "El afán de desgastar a Rusia llevó a EE.UU. a inducir la crisis en Ucrania"

"La crisis interna de Ucrania fue provocada en el afán de desgastar a Rusia y establecer el poder hegemónico de EE.UU. en el mar Negro", sostiene el analista político Alfredo Gutiérrez.
Washington está tratando de debilitar la presencia de Rusia en el mar Negro, lo que le daría una ventaja sobre la crisis de Siria y una eventual invasión en Irán, explicó el experto a RT. Pero si fracasan los acercamientos diplomáticos, estaremos afrontando un nuevo período de la Guerra Fría, lo cual sería sumamente perjudicial para todo el mundo. 

Crimea tiene una ubicación clave en el mar Negro, reseña Gutiérrez. Así que separar la Marina rusa de la base naval situada en territorio de esa república autónoma (Rusia la arrendó a Kiev hasta el año 2042 con una posible prórroga), "es como si tratara de desmembrarse la Florida de EE.UU.".

"Desde luego, las contradicciones están aumentando. En Occidente existe un miedo legítimo de seguir perdiendo influencia en la región, por eso están provocando estas crisis", sostiene el analista.

Por su parte, admite, en el pueblo ucraniano existe mucho malestar con Occidente, al que responsabiliza de la pobreza que vive. "Creo que el espejismo que en un momento llevó a los pueblos a sentir que su mejoría económica estaba en función de aliarse a Occidente se ha perdido y todos los pueblos están creciendo en su frustración", concluye.

El pasado 22 de febrero en Ucrania tuvo lugar un golpe de Estado que alejó del poder al presidente Víktor Yanukóvich, destituyó a los jueces del Tribunal Constitucional y conllevó un cambio en la Carta Magna y otras leyes fundamentales. Las autoproclamadas autoridades convocaron elecciones presidenciales anticipadas para el 25 de mayo.
 
El mandatario, exiliado en Rusia, declaró en una reciente rueda de prensa que había tenido que abandonar el país bajo la amenaza de muerte y sigue considerándose presidente legítimo de Ucrania. Tachó de ilegítima la actividad de las autoproclamas autoridades en Kiev, en particular, las leyes dictadas por el Parlamento bajo una constante presión de los activistas del Euromaidán.

A su vez, Moscú insiste en que su actuación en Crimea es “totalmente adecuada, legítima y corresponde a los acuerdos internacionales anteriormente firmados”.