"Si una fuerza y unos métodos iguales se hubieran usado contra un Estado amistoso para EE.UU., les calificaríamos como insurgentes y no como manifestantes", dijo el politólogo.
Si una fuerza y unos métodos iguales se hubieran usado contra un Estado amistoso para EE.UU., les calificaríamos como insurgentes y no como manifestantes
"Hay que entender que cuando efectuamos una presión sobre el proceso político ucraniano, obviamente agitamos las aguas políticas en Ucrania, lo que conlleva los resultados que observamos ahora", subrayó.
El politólogo describió la política de Obama como "hablar en voz alta blandiendo un garrote pequeño".
"Hacemos declaraciones patéticas que nadie toma en serio", resaltó.
Las protestas en Ucrania estallaron el pasado mes de noviembre cuando el Gobierno se negó a firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.
Aunque políticos y expertos ucranianos argumentaron que rubricarlo no resultaría provechoso para el país, miles de personas salieron a las calles de Kiev para exigir que el presidente Yanukóvich y su Gobierno cambiaran de rumbo o dimitieran.
Desde el comienzo las protestas dejaron más de 80 muertos y centenares de heridos entre manifestantes y policías.
El 22 de febrero el Parlamento de Ucrania destituyó al presidente Yanukóvich, cambió la Constitución y convocó elecciones anticipadas para el 25 de mayo.
El sur y el este de Ucrania no reconocieron la legitimidad del Gobierno autoproclamado de Kíev.
Después de que las nuevas autoridades en Kiev introdujeran una ley para abolir el uso oficial de toda lengua distinta al ucraniano, el gobierno de Crimea se dirigió a Rusia para que ayudara a proteger a la población mayoritariamente rusohablante de la península.
Junto con la formación de tropas de autodefensa en la península, varias unidades militares ucranianas empezaron a jurar su lealtad a las autoridades de Crimea.