El escrito exhorta asimismo a otros jóvenes que se acercan a la edad de 18 años, en la que los israelíes, hombres y mujeres, son llamados a filas, a reconsiderar "el sentido del servicio militar".
"Los palestinos en los territorios ocupados viven bajo el control del Gobierno israelí, a pesar de que no lo han elegido y no pueden influir en las decisiones de ninguna manera legal. La situación es injusta y desigual", reza la misma.
Las acciones del Ejército nos distancian de la paz, la justicia y la seguridad
Los adolescentes lamentan las continuadas "violaciones de los derechos humanos" y "actos que son considerados crímenes de guerra de acuerdo al derecho internacional" en los territorios palestinos.
Entre estas violaciones, enumeran "las ejecuciones extrajudiciales, la construcción de asentamientos en territorios ocupados, detenciones administrativas, torturas, castigos colectivos y un reparto desigual de recursos como el agua y la electricidad".
Los autores de la carta subrayan que las Fuerzas Armadas israelíes perpetúan la actual situación y en virtud de la misma y "siguiendo nuestra conciencia, no podemos tomar parte en un sistema que comete los mencionados actos".
Aducen que la institución militar también repercute en la vida civil, define la educación, las oportunidades de empleo y "lleva al racismo y la violencia en el seno de la sociedad y a la discriminación basada en el origen étnico, nacionalidad o género".
"Las acciones del Ejército nos distancian de la paz, la justicia y la seguridad". La institución militar "sirve a los poderosos en la sociedad y no a los ciudadanos, que solo son una herramienta. Rechazamos servir de carne de cañón", manifiestan los autores de la carta.