La localidad de Hampton, en el estado de Florida, cuenta con menos de 500 habitantes y al parecer existe solamente para cobrar las multas por exceso de velocidad gracias a que dentro de la ciudad se encuentra un pedazo de menos de 400 metros de una carretera donde los policías locales forman una trampa de velocidad.
Los policías se esconden detrás de cubos de basura o entre los árboles. Manejan vehículos y armas de lujo. Uno de ellos incluso obtuvo el apodo de 'Rambo' por su manera de comportarse con un rifle colgado en el pecho.
Las multas cobradas permiten a la ciudad mantener a un policía por cada 25 habitantes, y los 17 policías se dedican a la recolección de multas en la carretera. No es de sorprender que entre los años 2010 y 2012 los policías locales lograran cobrar más de 600.000 dólares en multas. Ahora las autoridades estatales están buscando adónde fue a parar el dinero y no lo encuentran.
Por si fuera poco el último alcalde de la municipalidad es sospechoso de poseer el opioide oxicodona con la intención de venderlo a un policía tras haber ejercido su cargo tan solo unas semanas. Por ahora se encuentra preso al no poder pagar una fianza de 4.500 dólares. Según él, los oficiales locales son o un cúmulo de estafadores o un cúmulo de gente estúpida.
Ahora las autoridades del estado buscan la manera de eliminar la ciudad. Hampton tiene un mes para proponer alguna solución a sus graves problemas de corrupción. Si no logra hacerlo, formará parte del condado de Bradford y será borrado de los mapas de Florida.