La investigadora afirma que Japón ahora vive una situación de gran inestabilidad marcada por graves niveles de contaminación. "Es una situación de contaminación catastrófica que está afectando al océano Pacífico y de aumento de la saturación de agua en el sitio, junto con la contínua contaminación de aire a través de las emisiones y las reacciones del agua contaminada en los tanques", explica a la radio The Voice of Russia.
Nadesan destaca que las consecuencias de este desastre consisten en que las personas que viven en zonas altamente contaminadas y en la región no estarán a salvo durante varias generaciones, ya que la cantidad de contaminación por radiación aumenta día a día.
"Lo más trágico es que el daño por radiación se acumula con el paso del tiempo por distintas razones", destaca, explicando que los animales, las plantas y la gente acumula cada vez más radionucleidos.
Nadesan advierte que una catástrofe similar podría ocurrir en cualquier lugar del mundo debido, por ejemplo, a una llamarada solar que golpeara y destruyera un transformador, a un terremoto o a un atentado terrorista. "La energía nuclear va a abrir el camino a nuestra extinción", enfatiza. Y concluye: "No sabemos cuáles van a ser son los efectos transgeneracionales, pero sabemos que van a ser perjudiciales".
Por su parte, el profesor Robert Geller, sismólogo de la Universidad de Tokio, opina que habrán de pasar unos cien años antes de que las personas puedan vivir allí de nuevo debido a la contaminación radiactiva.