El volcán lleva entrando constantemente en erupción desde hace 800 años, aunque no se considera peligroso. Mide solo 361 metros, lo que lo hace muy accesible, consta de un gran cono sin vegetación y de un cráter de 400 metros de diámetro. Sus erupciones, que a veces se suceden varias veces en una hora, se denominan estrombolianas y se caracterizan por ser explosivas y estar separadas por periodos de calma que varían según su duración.
Debido a su accesibilidad, un drone pudo sobrevolarlo y filmar la erupción que tenga lugar en ese momento.