Rusia construirá ciudades subacuáticas para explotar los yacimientos del Ártico

La plataforma continental del Ártico incrementaría los recursos potenciales de hidrocarburos hasta 10.000 millones de toneladas, según expertos. "Es la hora de aprovechar estas posibilidades", insiste el viceprimer ministro de Rusia, Dmitri Rogozin.
"Rusia empieza a explorar el hidrocosmos a un nuevo nivel", ha informado Rogozin en un artículo publicado en el diario 'Rossiískaya Gazeta'. Detalló que se utilizarán complejos subacuáticos no tripulados en las zonas de hielo permanente dirigidos por robots marítimos y que el proyecto está en desarrollo desde junio de 2013.

"Los vectores principales ya están claros (…). Serán 'ciudades' enteras subacuáticas, con su transporte propio, suministro de energía y líneas de comunicación. Los componentes claves de estos complejos serán submarinos de inteligencia y naves nodrizas, instrumentos de perforación, extracción y procesamiento de los productos, más equipamiento de suministro de energía, de explotación y obra y de seguridad", precisó el político.

Rogozin explicó que la red subacuática estará equipada con sistemas avanzados de control. Acentuó que incluirán la posibilidad de transmitir a través de fibra óptica a los centros de control todos los datos telemétricos en tiempo real: temperatura y presión en los pozos, actividades sísmicas y situación ambiental en las zonas de explotación. Según el viceprimer ministro, todo esto permitirá tomar medidas operativas para evitar accidentes y, cuando sea necesario, localizar fuentes de contaminación.

Cabe destacar que a día de hoy en la competencia por los tesoros ocultos bajo el hielo del Ártico participan también los Estados Unidos, Canadá, Dinamarca y Noruega. Países como China, Corea del Sur, Países Bajos, Francia, Alemania, Suecia y el Reino Unido también han mostrado su interés en el área. Mientras tanto, el gigante ecologista Greenpeace se opone firmemente a la industrialización de la zona, apelando a los riesgos medioambientales que considera inevitables.