La compañía Lockheed Martin fue víctima de siete años de espionaje cibernético de China de programas específicos del Gobierno y la industria de EE.UU.
De acuerdo con The Washington Free Beacon, el Departamento de Defensa de EE.UU. cree que los secretos del más avanzado caza nacional 'se escaparon' gracias a los esfuerzos de la Oficina China de Información Técnica con sede en la provincia de Chengdu, y de allí fueron suministrados a la corporación estatal aeronáutica china, China Aviation Industry Corp (AVIC, por sus siglas chino).
Entre las tecnologías robadas figuran sistemas de focalización y orientación (un radar y un sensor electro-óptico), toberas orientables en dos dimensiones (eje de cabeceo) para motores de empuje vectorial y los más avanzados sistemas de radar.
La subsidiaria de AVIC, Chengdu Aircraft, utilizó la tecnología del estadounidense F-35 en el desarrollo de su J-20, presentado a finales de febrero de 2014.
El Pentágono cree que la fuga de la tecnología podría deberse a que en 2011 General Electric y AVIC firmaron un acuerdo de fundación de una empresa conjunta.
El artículo subraya que la fuga se produjo por culpa del Gobierno estadounidense, que ignoró los recelos de los militares de EE.UU., hecho que conllevó el debilitamiento sistemático del control sobre la transferencia de tecnologías a China.
Estas afirmaciones de funcionarios estadounidenses sobre las tecnologías robadas fueron parcialmente confirmadas por las fotos de la nueva versión del J-20, recientemente publicadas en medios chinos.
El primer vuelo de prueba del J-20 fue realizado en 2011, pero el entonces prototipo de esta aeronave no demostró las características de proyectos análogos: el estadounidense F-22 y el ruso T-50 (PAK-FA).
El periódico chino 'Global Times' informó el 20 enero de que China había obtenido e incorporado al J-20 tecnologías clave del F-35.
El periódico no admitió el robo de la tecnología, y publicó que China "obtuvo por completo las seis tecnologías clave" del F-35.