Este viernes Tokio y Washington llegaron a un acuerdo para reubicar la base de la Marina estadounidense de Futenma en la isla de Okinawa.
El presidente Barack Obama y el primer ministro de Japón, Yukio Hatoyama, emitieron un comunicado conjunto según el cual la base de Futenma, ubicada en la isla de Okinawa y que ha sido objeto de masivas protestas de la población local, se quedará en la isla pero será trasladada a otro lugar menos poblado.
Hatoyama declaró a los periodistas que la controvertida base será trasladada a Henoko, un área costera escasamente poblada en el norte de la isla de Okinawa, donde ya hay otra base estadounidense.
Originalmente, Hatoyama, quien asumió el gobierno el pasado septiembre, había exigido el cierre de la base en vez de su reubicación. Este cambio de postura le valió fuertes críticas en el seno de la coalición de gobierno. Según los sondeos, el índice de aceptación del primer ministro ha caído al 20 por ciento.
Un acuerdo firmado en 2006 preveía la reubicación de la base de helicópteros de Futenma antes de 2014. A cambio, Washington se comprometió a trasladar a 8,000 soldados de infantería a la isla estadounidense de Guam, en el Pacífico.
Actualmente en la base de Futenma está acuartelada más de la mitad del contingente estadounidense (de 47 mil efectivos) desplegado en Japón.
Hace décadas que la presencia de la base provoca la rabia de los habitantes locales, motivada por varios incidentes con militares norteamericanos, entre los cuales figura la violación de una niña de 12 años en 1995 y un accidente de un helicóptero en una zona densamente poblada en 2004.
Pero por otra parte, la isla tiene una enorme importancia estratégica para la cooperación militar de ambos países dada su cercanía con China, Taiwán y la península de Corea. La presencia de esta base es un imprescindible elemento de la geopolítica que se ha creado en esta área del Pacífico al terminar la Segunda Guerra Mundial.
En este contexto, cabe destacar que Obama y Hatoyama también condenaron el supuesto ataque de un torpedo norcoreano a un buque de guerra surcoreano, ocurrido el pasado 26 de marzo y que causó la muerte de 46 marineros de Corea del Sur. Ambos líderes se comprometieron a cooperar estrechamente en la defensa de Seúl.