La Duma Estatal apoyó unánimemente la iniciativa, que simboliza un desafío a las sanciones con las que Occidente busca castigar el apoyo de Moscú a la declaración por Crimea de su independencia de Ucrania y su posterior incorporación a Rusia.
El documento fue elaborado por los cuatro partidos presentes en el Parlamento ruso después de que EE.UU. y la UE decidieran prohibir la entrada a sus países y congelar las cuentas bancarias de varios funcionarios de Rusia y Crimea a quienes consideraron como "ideólogos y arquitectos clave" de la política rusa hacia Ucrania.
Mijaíl Markélov, diputado del partido gobernante Rusia Unida, afirmó que las sanciones occidentales son incapaces de intimidar a los políticos rusos y han demostrado en ocasiones precedentes ser también totalmente ineficaces, según lo demuestran los ejemplos pasados.
"Las probaron hacia Serbia, Bielorrusia y Siria. Pero estos países no han perdido su dignidad, ni identidad, y se mantienen unidos e independientes", resaltó.
A este respecto subrayó que Rusia nunca traicionaría a la mayoría rusoparlante y en general a los residentes de Crimea que votaron en un referéndum mayoritariamente a favor de integrarse en Rusia.