El embajador ruso ante la ONU contesta a los insultos de una periodista de CNN

Una periodista de CNN criticó a su colega de RT, Anastasia Chúrkina, por haber informado sobre su propio padre, haciendo ver que eso es una especie de sacrilegio periodístico. El embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, no tardó en contestarle.
"Seguimos tratando de contactar con el Gobierno ruso para su comentario [sobre lo que ocurre en Ucrania], incluyendo a varios altos cargos, como el embajador ante la ONU, Vitali Churkin. No hemos tenido mucha suerte en eso, pero quizás personas como Churkin sientan que realmente no tienen que salir de su zona de confort", dijo Christiane Amanpour este jueves en su programa en la cadena estadounidense. 
 
Amanpour también mencionó a la hija de Churkin, que es periodista de RT y hace unos días hizo unas preguntas incómodas a la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Jen Psaki, sobre sus declaraciones acerca de la crisis de Ucrania. "En el pasado, ella incluso informó sobre su propio padre", agregó la reportera de la CNN.

Por lo visto, los mismos valores éticos a los cuales se refiere la periodista estadounidense no funcionan para la propia Amanpour que, a su vez, también entrevistó en su momento a su marido, James Rubin, exasistente de la exsecretaria de Estado Madeleine Albright. En aquella charla también participó el marido de Victoria Nuland, Robert Kagan, miembro de la junta directiva de la Iniciativa de Política Exterior (Foreign Policy Initiative, FPI), y casualmente implicado en la reciente historia de la renuncia en el aire de la presentadora de RT Liz Wahl. 


En respuesta a las afirmaciones de Amanpour, el representante permanente de Rusia ante la ONU decidió enviarle una carta abierta expresando su propia visión de la situación:

"Estimada Sra. Amanpour,
 
Estoy sorprendido por los ataques personales a los que recurre en su programa del 20 de marzo. Le conozco desde hace muchos años (incluyendo una serie de entrevistas emitidas) y suelo respetarle su trabajo. Por ello, me resultó algo sorprendente que mi imposibilidad para ofrecer otra entrevista provocara semejante estallido.
 
En cuanto a mi falta de voluntad, como usted dice, para dejar mi 'zona de confort', tiene toda la razón. Después de ocho reuniones del Consejo de Seguridad sobre la situación en Ucrania y Crimea (seis de ellas tuvieron lugar frente a las cámaras de televisión), me siento muy cómodo de que la verdad esté empezando a entenderse.
 
Si, no obstante, insinúa que no quiero contestar a preguntas difíciles, entonces es lo suficientemente madura como para saber que hablé con el recinto abarrotado en la Catedral Nacional de Washington en octubre de 1983, dos semanas después de que el avión de pasajeros de Corea del Sur fuera derribado, y luego testifiqué en el Congreso de EE.UU. en mayo de 1986 después del desastre nuclear de Chernóbil, por no mencionar la comparecencia ante cientos de otros medios de comunicación y las apariciones 'en vivo'. Así que puedo explicar a cualquiera lo que significa 'dejar una zona de confort'.
 
Pero no le estaría escribiendo a usted si no hubiera decidido también atacar personalmente a mi hija, una colega suya más joven, periodista de una televisión rusa. Estoy muy orgulloso de ella, no sólo porque es una buena periodista, sino también porque mantiene estrictamente su distancia profesional con respecto a mí.
 
A propósito, le recuerdo que usted está casada con el portavoz del Departamento de Estado. ¿Cómo fue su credibilidad profesional durante su noviazgo?
 
No se moleste en contestarme. Realmente no quiero saberlo.
 
Vitali Churkin".