Durante una ceremonia en la iglesia romana de San Gregorio VII, cerca al Vaticano, a la que asistieron unos 900 familiares de personas asesinadas por la mafia, el Sumo Pontífice advirtió que los mafiosos irán al infierno, si no se arrepienten, y recordó que "no se puede llevar el dinero manchado de sangre y el poder en la vida de más allá", informa 'The Telegraph'.
El Sumo Pontífice nombró a cada una de las 842 personas asesinadas por la mafia desde 1893 y conmemoró al sacerdote Giuseppe Diana, ultimado por la Camorra en Sicilia, vistiendo una prenda que fue usada una vez por el clérigo asesinado.
"Les pido que cambien sus vidas", dijo el papa argentino, dirigiéndose a los miembros de las bandas del país. "Oramos por ustedes, y yo de rodillas les ruego volver a reflexionar, por su propio bien", añadió.
"Esta vida que ustedes viven no les dará la alegría o la felicidad", aseveró el líder de la Iglesia católica. "Conviértanse. Aún hay tiempo para evitar el infierno, porque es el infierno lo que les espera si siguen por ese camino", instó Francisco. "Ustedes tienen un padre y una madre, piensen en ellos y conviértanse", concluyó el papa.
Francisco subrayó que la Iglesia no debe permanecer al margen de tal cuestión como la delincuencia organizada y mencionó que algunos sacerdotes siguen haciendo la vista gorda a las acciones de unos mafiosos que se hacen pasar por 'creyentes sinceros' y donan a la Iglesia regalos importantes. El Sumo Pontífice les instó a pensar en las personas que habían perdido a sus seres queridos.
Cabe mencionar que uno de los precursores del papa Francisco, el papa Juan Pablo II, también condenó las acciones de la mafia en 1993, tras lo cual dos iglesias en Roma fueron sacudidas por atentados.