Según el columnista del diario, esta situación puso a los llamados líderes occidentales en una posición lamentable.
No saben qué hacer. Hablan tonterías sobre una Rusia 'aislada' y unas sanciones 'enfocadas'
"No saben qué hacer. Hablan tonterías sobre una Rusia 'aislada' y unas sanciones 'enfocadas'". La canciller de Alemania, Angela Merkel, señala que el G-8, presidido ahora por Rusia, "no existe más".
Por su parte, el presidente de Francia, François Hollande, incita al Reino Unido a "aplicar sanciones contra los oligarcas rusos que han invertido 27.000 millones de libras esterlinas en Londres, al tiempo que el Reino Unido sabe que tiene 46.000 millones de libras invertidas en Rusia".
Hablando de la visita del primer ministro de Ucrania en funciones, Arseni Yatseniuk, que el viernes llegó a Bruselas para firmar la parte política del Acuerdo de Asociación con la UE, el periodista señala que "la UE estaba tan avergonzada que tuvo que celebrar la ceremonia a puerta cerrada y no ante la prensa".
"Al pobre (Yatseniuk) ni le dieron el micrófono, así que tuvo que gritar su deseo de ver a Ucrania como miembro de la UE", apunta irónico Booker. "Con Ucrania falló la fantasía (de los europeos) sobre un creciente imperio (de la Unión Europea)", insiste el columnista.
"No obstante, no hay señales de que estos inútiles que se hacen pasar por nuestros líderes ya se estén dando cuenta de que sus ambiciones de apoderarse de Ucrania están en la línea de la crisis del euro, como un ejemplo más de que su acto colectivo de fantasía por fin choca contra un muro de realidad", resume el autor.