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Kiev quiere catalogar a los rusohablantes de 'diáspora' para invalidar el referéndum
Kiev no abandona sus intentos de invalidar el referendo en Crimea. Ahora pretenden presentar a la comunidad rusohablante de diáspora, negándole así el derecho a la autodeterminación.
Ser aborigen es un 'privilegio' que otorga derecho a tener cultura y tradiciones propias, a hablar el propio idioma... hasta el momento en que el poder acabe en manos de un nuevo Gobierno que no respete este principio básico. Así ha ocurrido en Ucrania, donde, a pesar del alto número de rusohablantes, las autoridades han presentado en varias ocasiones proyectos de ley para limitar sus derechos, incluso en el territorio de Crimea, donde la mayor parte de la poblacion es de origen ruso.
"Si una anciana solo habla ruso... al ir al médico, ¿que hará? ¿Leerá la prescripción en ucraniano? Estas leyes no solo no funcionarán sino que agravarán la situación", dice un residente de Crimea. "Cuantos más idiomas hablas, más puedes estudiar y entender. Quiero que mi hijo pueda aprender cualquiera sin ninguna restricción", opina otra residente.
Límites que alcanzaron niveles gubernamentales... Así, desde que se iniciaron las protestas en Ucrania, las versiones rusas de las webs de las instituciones estatales han desaparecido. El clima antirruso ha llegado hasta el punto, que el nuevo Gobierno ucraniano ha encasillado a la población rusohablante de diáspora quitándole el estatus de aborigen.
"El pueblo aborigen es un pueblo que vive desde un principio en cierto territorio. Es gente que había vivido en ese territorio antes de que se formaran las fronteras de los países actuales", explica el politólogo Ruslán Bórtnik.
Un requisito que cumple al pie de la letra la comunidad rusa de Ucrania, pero del que las autoridades de Kiev parecen hacer caso omiso, al igual que de la historia de su propio país. En su tiempo, las tierras ucranianas fueron parte del Imperio ruso y posteriormente de la URSS. Por ello Moscú ve en la actitud del nuevo poder ucraniano un sello de nazismo.
"Si el sentido de la declaración en la que se tacha de 'diáspora' al pueblo ruso es de indicar su subordinación al pueblo ucraniano de ese país, entonces la averiguación de los 'etnógrafos' de Kiev recuerda mucho a los estudios de los teóricos del nazismo de los años 30 del siglo pasado", afirma el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
La sustitución de palabras precisamente en este momento no es casual y puede perseguir fines políticos. Y es que uno de los derechos de los pueblos originarios es el de la autodeterminación: el mismo al que el 16 de marzo recurrió la población de Crimea. Durante el referéndum, con una altísima participación, votaron casi unánimemente a favor de ser parte de Rusia, como habían sido durante siglos. Con estas "acrobacias terminológicas" Kiev pretendería así poner en tela de juicio la validez de la decisión popular de la península.
El Gobierno, al considerar al pueblo ruso que vive en Ucrania como una diáspora prepara una base legal para recurrir los resultados del referéndum de autodeterminación de Crimea y para apelar a una posible futura autodeterminación en el sur y el este de Ucrania. Con esa base legal podrá recurrir a los tribunales internacionales, explica Ruslán Bórtnik.
Al recurrir a los tribunales, las autoridades de Kiev se opondrán al deseo de casi un 97% de los votantes de Crimea. Toda una prueba lingüística y jurídica en la que, de hecho, están en juego numerosas vidas.
"Es lo que en realidad nos preocupa. Mucho más que las posibles sanciones contra Rusia. Porque nosotros sentimos nuestra responsabilidad por esa gente, sentimos que se han convertido en objeto de experimentos de aquellos que tomaron el poder en Kiev", afirma Konstantín Zatulin, director del Instituto de estudios de la CEI y exparlamentario ruso.
Unos experimentos tras los cuales las familias rusas se verían obligadas a dejar de lado su idioma con tan solo salir de casa. Y es que estaríamos asistiendo a un exterminio, si no de vidas, sí de algo que vale casi lo mismo: la identidad de un pueblo.
"Si una anciana solo habla ruso... al ir al médico, ¿que hará? ¿Leerá la prescripción en ucraniano? Estas leyes no solo no funcionarán sino que agravarán la situación", dice un residente de Crimea. "Cuantos más idiomas hablas, más puedes estudiar y entender. Quiero que mi hijo pueda aprender cualquiera sin ninguna restricción", opina otra residente.
Si una anciana solo habla ruso... al ir al médico, ¿que hará? ¿Leerá la prescripción en ucraniano?
Límites que alcanzaron niveles gubernamentales... Así, desde que se iniciaron las protestas en Ucrania, las versiones rusas de las webs de las instituciones estatales han desaparecido. El clima antirruso ha llegado hasta el punto, que el nuevo Gobierno ucraniano ha encasillado a la población rusohablante de diáspora quitándole el estatus de aborigen.
"El pueblo aborigen es un pueblo que vive desde un principio en cierto territorio. Es gente que había vivido en ese territorio antes de que se formaran las fronteras de los países actuales", explica el politólogo Ruslán Bórtnik.
Un requisito que cumple al pie de la letra la comunidad rusa de Ucrania, pero del que las autoridades de Kiev parecen hacer caso omiso, al igual que de la historia de su propio país. En su tiempo, las tierras ucranianas fueron parte del Imperio ruso y posteriormente de la URSS. Por ello Moscú ve en la actitud del nuevo poder ucraniano un sello de nazismo.
La averiguación de los 'etnógrafos' de Kiev recuerda mucho a los estudios de los teóricos del nazismo de los años 30 del siglo pasado
"Si el sentido de la declaración en la que se tacha de 'diáspora' al pueblo ruso es de indicar su subordinación al pueblo ucraniano de ese país, entonces la averiguación de los 'etnógrafos' de Kiev recuerda mucho a los estudios de los teóricos del nazismo de los años 30 del siglo pasado", afirma el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
La sustitución de palabras precisamente en este momento no es casual y puede perseguir fines políticos. Y es que uno de los derechos de los pueblos originarios es el de la autodeterminación: el mismo al que el 16 de marzo recurrió la población de Crimea. Durante el referéndum, con una altísima participación, votaron casi unánimemente a favor de ser parte de Rusia, como habían sido durante siglos. Con estas "acrobacias terminológicas" Kiev pretendería así poner en tela de juicio la validez de la decisión popular de la península.
El Gobierno, al considerar al pueblo ruso que vive en Ucrania como una diáspora prepara una base legal para recurrir los resultados del referéndum de autodeterminación de Crimea y para apelar a una posible futura autodeterminación en el sur y el este de Ucrania. Con esa base legal podrá recurrir a los tribunales internacionales, explica Ruslán Bórtnik.
Al recurrir a los tribunales, las autoridades de Kiev se opondrán al deseo de casi un 97% de los votantes de Crimea. Toda una prueba lingüística y jurídica en la que, de hecho, están en juego numerosas vidas.
"Es lo que en realidad nos preocupa. Mucho más que las posibles sanciones contra Rusia. Porque nosotros sentimos nuestra responsabilidad por esa gente, sentimos que se han convertido en objeto de experimentos de aquellos que tomaron el poder en Kiev", afirma Konstantín Zatulin, director del Instituto de estudios de la CEI y exparlamentario ruso.
Unos experimentos tras los cuales las familias rusas se verían obligadas a dejar de lado su idioma con tan solo salir de casa. Y es que estaríamos asistiendo a un exterminio, si no de vidas, sí de algo que vale casi lo mismo: la identidad de un pueblo.
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