"Voy caminando lentamente hacia la muerte, porque jamás podré pagarme la medicación", lamenta el enfermo, secretario de la Plataforma Ciudadana Ya, explicando que la única manera de frenar el desarrollo de la enfermedad es un tratamiento de 12 a 24 semanas que cuesta 80.000 euros. A su juicio este tratamiento ya se utiliza en Bélgica y Francia, pero en España no está aprobado por su alto costo.
Voy caminando lentamente hacia la muerte, porque jamás podré pagarme la medicaciónAsociaciones de pacientes denuncian que varias administraciones regionales se niegan a facilitar los tratamientos más modernos a los afectados para ahorrar.
"Dicen que no hay dinero para nuestros medicamentos pero en realidad hay dinero de sobra. El problema es que los que mandan se gastan ese dinero en autovías, en aeropuertos sin aviones y en rescatar a los bancos", protesta Mario. "Tengo derecho a curarme, pero voy a morir por culpa de los recortes", agrega.
El viernes pasado Mario Cortés protestó frente al edificio del Ministerio de Sanidad de España junto con otros pacientes que se encuentran en una situación parecida. Bajo el lema "Los recortes condenan a muerte", exigieron a la ministra del ramo, Ana Mato, que "todos los enfermos reciban el tratamiento necesario para la cura de su enfermedad".