En la cumbre internacional dedicada a los problemas de seguridad nuclear celebrada en La Haya, para sorpresa de los altos participantes en el foro, entre ellos Barack Obama y el 'premier' británico David Cameron, se presentó un juego de grupo en el que se planteaban diferentes posibles comienzos de una guerra nuclear, informa el periódico 'The Telegraph'.
A medida que se desarrollaba el escenario, los mandatarios de EE.UU., el Reino Unido y China otros países –entre los cuales la canciller alemana, Angela Merkel, fue la que menos entusiasmo mostró ante el inesperado juego de rol– se enfrentaron a una red terrorista desconocida que había fabricado una 'bomba sucia' en un laboratorio clandestino de uranio robado para atacar un centro financiero de una gran ciudad occidental como Londres o Nueva York.
Para evitar la explosión del artefacto mortal e impedir una catástrofe nuclear, los participantes en el juego tenían que dar respuestas rápidas en sus tabletas, para que posteriormente los resultados fueran presentados al grupo bajo anonimato para ser discutidos y analizados.
Aunque en este ejercicio tan poco convencional los líderes mundiales no podían recurrir a la ayuda de sus consejeros o expertos, los resultados del juego demostraron claramente que ante una amenaza terrorista con un ataque nuclear que podría costar miles de vidas los mandatarios occidentales serían capaces de elegir las acciones colectivas correctas.