Policía militar: el remedio contra las novatadas
Una mesa redonda parlamentaria levantó el lunes el tema de la probable fundación de un nuevo cuerpo de seguridad pública en Rusia, la policía militar, que luche contra el 'abuelismo' o las novatadas así como a otros males difundidos entre las Fuerzas Armadas del país. Varios participantes volvieron a la idea —por primera vez surgida en el 2006— del entonces presidente ruso, Vladímir Putin, de instalar el nuevo organismo para limitar el 'desmadre total' que implantan algunos personajes dentro del Ejército.
El debate venía antecedido por el reciente caso de la muerte de un novato en la provincia de Amur del Oriente Lejano ruso. El 9 de mayo el soldado Albert Kiyamov prestó el juramento y ya el 14 murió al caer desde una ventana del cuartel en la ciudad de Borzia.
Los médicos detectaron varias raspaduras y cardenales sobre su cuerpo que no fueron vinculados con la caída. Junto al Centro Regional para la Defensa de Derechos Humanos, los parientes del soldado revelaron que la paliza contra los novatos había empezado ya en el tren que les transportaba a la sede del regimiento. Ahora se investiga la inducción al suicidio en este caso individual, pero poco se sabe de la situación general en aquel destacamento.
El jefe del Departamento de trabajo educativo en las FF.AA. de Rusia, Yuri Dashkin, rechazó que la novatada fuera el problema principal que inquietaba a los jóvenes ante el reclutamiento. Según sus datos,el 95% de los colectivos militares viven sin ningún tipo de delitos entre sí.
La Fiscalía en otra ocasión aseguró al respecto que luego del tránsito al período anual del servicio obligatorio —antes los jóvenes tenían que prestar a la patria dos años de su vida—, el número de delitos registrados contra los reclutas y soldados de la época inicial del servicio, había desminuido y no superaba los 200 en 2009, inclusive los casos en el proceso de investigación. Cerca del 15% de todos los delitos que se registran dentro de las Fuerzas se han dirigido contra este grupo, el menos defendido del cupo.
Todos los expertos reconocen que la violencia en el Ejército se arraiga cada vez menos en la postura o actuación errónea de los oficiales, sino en las relaciones de predominación y 'estatuto' entre los soldados de diversos grupos étnicos y sociales.
El representante de la Iglesia Ortodoxa en la mesa redonda, el arcipreste Dimitri Smirnov, indicó la carencia de la educación masculina en las familias rusas, incluso en hogares de dos cónyuges, donde los padres se han distanciado de la educación cotidiana de los menores, como la fuente de postura hostil respecto al servicio militar. Reiteró que hasta en una familia prolífica, la madre nunca prestaría voluntariamente a uno de sus hijos al Ejército. Y eso debe al influjo perjudicial de reportajes de los medios de comunicación que, según el arcipreste, zahieren el servicio militar y toda la educación patriótica.
Sin embargo, este participante también sostuvo la necesidad de un organismo que interviniese con mayor efectividad en lo que está ocurriendo en las tropas rusas.