'Top Top': una segunda vida para los viejos vehículos rusos

En una localidad rusa, el pueblo de Tatar Saiman de la provincia de Ulianovsk, región de Volga, los residentes descubrieron un secreto para prolongar la vida de sus vehículos. Ya durante muchos años desarrollaron su propia producción rural de automóviles, construyendo camiones a base de piezas viejas y chatarra.

Casi cada familia de la zona tiene su propia 'joya mecánica' que a veces combina los componentes de coches UAZ, las ruedas de un tractor y el motor de un generador autónomo militar. Estos coches, denominados 'Top Top' (una onomatopeya que viene del sonido que producían los antiguos camiones) cuestan a sus constructores precios ridículos: de 10.000 a 15.000 rublos (de 325 a 490 dólares). Al mismo tiempo, alivian mucho su vida: los utilizan con frecuencia para transportar madera y paja o materiales de construcción. Y por supuesto, cada uno de ellos es un modelo único en su clase.

Según los habitantes de Tatar Saiman, lo que les estimuló a fomentar semejante 'industria' fue su ubicación geográfica periférica. En concreto, a causa de la situación que se generó en el país tras la caída de la Unión Soviética. En aquellos momentos traer nuevos vehículos se convirtió en una tarea difícil y los que había, iban envejeciendo. Finalmente, a la gente no le quedó otra alternativa y comenzaron a emplear tractores viejos, transformándolos en nuevos vehículos a motor.

Esta particular concepción de la propiedad colectiva ha creado un parque de vehículos personalizados y también una cultura local de 'Top Top'. Hasta el momento allí se han producido más de 400 vehículos y estos originales modelos gozan de demanda. Y a los ciudadanos no les afecta ni la crisis, ni los problemas que sufre industria del automóvil.