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Se renuevan los temores sobre el Anillo de Fuego del Pacífico tras sismos en EE.UU., Chile y Panamá
Una serie de terremotos ocurridos esta semana ha causado una honda preocupación sobre si pronto habrá más temblores en la región del Anillo de Fuego del Pacífico (también conocida como Cinturón de Fuego del Pacífico).
Los expertos no creen que la serie de terremotos de los últimos días estén relacionados entre sí, pero todos parecen coincidir en que tres incidentes importantes, tanto en América del Norte, como en América del Sur comparten al menos un vínculo común: cada terremoto y sus réplicas posteriores se encuentran a lo largo del Cinturón Circumpacífico, o Anillo de Fuego, donde, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, ocurre el 90% de los terremotos del mundo.
A pesar de que el sismo de magnitud 5,3 cerca de Los Ángeles, California, del pasado viernes estaba a miles de kilómetros de distancia de los epicentros en Chile y Panamá, asociados con los eventos del martes y el miércoles de esta semana, sus posiciones en el Anillo de Fuego les meten en una categoría especial de sismos que incluyen el famoso terremoto japonés del 2011 que causó el tsunami que contribuyó a la crisis en la planta nuclear de Fukushima, responsable de aproximadamente 16.000 muertes. Los 81 sismos más grandes del mundo ocurrieron a lo largo del Anillo de Fuego, subrayan en el USGS.
Según los sismólogos, el terremoto de Chile se produjo debido a la actividad que involucra a dos grandes placas tectónicas que comparten una frontera de más o menos 7.000 kilómetros de largo por debajo de la zona oriental del océano Pacífico, que ambas se consideran parte del Anillo de Fuego. El USGS dice que ese sismo nació cuando la enorme placa de Nazca se deslizó hacia el este debajo de la corteza continental de América del Sur.
"La placa de Nazca se desliza por debajo de la de América del Sur a una tasa promedio que oscila entre los 7,6 centímetros al año a lo largo de su mitad meridional y los 6,6 centímetros al año a lo largo de su extensión norte", escribió el periodista Pete Spotts de 'Christian Science Monitor'.
Pero los sismólogos dicen que la actividad reciente en esta región no necesariamente va a empujar a otras placas tectónicas. Las réplicas, sin embargo, pueden seguir siendo un motivo de preocupación dentro de la zona durante muchas semanas.
La sismóloga del Instituto de Tecnología de California, Kate Hutton, dijo a ABC News poco después del primer terremoto en Chile, que dejó seis muertos, que la posibilidad de réplicas severas se contempla para los próximos días.
"El mayor riesgo son réplicas de magnitud 8,2 en la misma zona, donde ya se produjo una. Con el tiempo se convertirán en menos frecuentes, pero el riesgo sigue existiendo durante días y semanas", dijo Hutton.
Aun así, los sismólogos dicen que los terremotos de Panamá y Chile no tienen relación con el sismo que se produjo cerca de Los Ángeles la semana pasada, pero son episodios más bien al azar ubicados a lo largo del mismo Anillo de Fuego.
Robert Muir-Wood, propietario de una firma que modela catástrofes, dijo que los sismos como el del martes de Chile "suceden una vez al año". "Su ubicación no es de extrañar: la zona de subducción de Chile es la más activa del mundo, y el norte de Chile no ha visto realmente grandes terremotos de subducción durante algunas décadas, a diferencia del sur de Chile", añade Muir-Wood.
A pesar de que el sismo de magnitud 5,3 cerca de Los Ángeles, California, del pasado viernes estaba a miles de kilómetros de distancia de los epicentros en Chile y Panamá, asociados con los eventos del martes y el miércoles de esta semana, sus posiciones en el Anillo de Fuego les meten en una categoría especial de sismos que incluyen el famoso terremoto japonés del 2011 que causó el tsunami que contribuyó a la crisis en la planta nuclear de Fukushima, responsable de aproximadamente 16.000 muertes. Los 81 sismos más grandes del mundo ocurrieron a lo largo del Anillo de Fuego, subrayan en el USGS.
Según los sismólogos, el terremoto de Chile se produjo debido a la actividad que involucra a dos grandes placas tectónicas que comparten una frontera de más o menos 7.000 kilómetros de largo por debajo de la zona oriental del océano Pacífico, que ambas se consideran parte del Anillo de Fuego. El USGS dice que ese sismo nació cuando la enorme placa de Nazca se deslizó hacia el este debajo de la corteza continental de América del Sur.
"La placa de Nazca se desliza por debajo de la de América del Sur a una tasa promedio que oscila entre los 7,6 centímetros al año a lo largo de su mitad meridional y los 6,6 centímetros al año a lo largo de su extensión norte", escribió el periodista Pete Spotts de 'Christian Science Monitor'.
Pero los sismólogos dicen que la actividad reciente en esta región no necesariamente va a empujar a otras placas tectónicas. Las réplicas, sin embargo, pueden seguir siendo un motivo de preocupación dentro de la zona durante muchas semanas.
La sismóloga del Instituto de Tecnología de California, Kate Hutton, dijo a ABC News poco después del primer terremoto en Chile, que dejó seis muertos, que la posibilidad de réplicas severas se contempla para los próximos días.
"El mayor riesgo son réplicas de magnitud 8,2 en la misma zona, donde ya se produjo una. Con el tiempo se convertirán en menos frecuentes, pero el riesgo sigue existiendo durante días y semanas", dijo Hutton.
Aun así, los sismólogos dicen que los terremotos de Panamá y Chile no tienen relación con el sismo que se produjo cerca de Los Ángeles la semana pasada, pero son episodios más bien al azar ubicados a lo largo del mismo Anillo de Fuego.
Robert Muir-Wood, propietario de una firma que modela catástrofes, dijo que los sismos como el del martes de Chile "suceden una vez al año". "Su ubicación no es de extrañar: la zona de subducción de Chile es la más activa del mundo, y el norte de Chile no ha visto realmente grandes terremotos de subducción durante algunas décadas, a diferencia del sur de Chile", añade Muir-Wood.
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