Recientemente la emisión del canal fue incluso suspendida y el proveedor cambió la señal por un anuncio que decía "MarTV no existe".
El proveedor justificó la medida aludiendo a un supuesto impago, pero la cadena asegura que mensualmente son abonados unos 3.000 euros por los servicios de emisión.
Las presiones aumentaron después de que el canal retrasmitiera las protestas en Ucrania y las manifestaciones contra la desigualdad social en España.
Ester Alonso, periodista de esta cadena española, ha reconocido que "trabajamos con miedo" ya que no saben las repercusiones que pueda acarrear la emisión de contenido de RT.
"Cada día tenemos temor a ser cortados, a ser censurados, puesto que se aplica una censura muy sutil a través de la empresa que nos permite transmitir la señal a toda la demarcación, y esta empresa amenaza desde 2011 con cerrar la cadena", declaró Alonso.
"Nuestro proyecto es un proyecto global y local, damos una información local de proximidad, pero a la vez con un prisma amplio para nuestro público, una comunidad catalana, una comunidad suramericana, una comunidad rusa muy importante que hay en esta zona", agregó la periodista.