La tensión de la política no pesa en el espacio: Rusia y EE.UU. sí se dan la mano en la EEI

La Estación Espacial Internacional (EEI) es un ejemplo de lo que Rusia y EE.UU. pueden lograr trabajando codo con codo, asegura a RT el astronauta estadounidense Michael Hopkins.
El astronauta sostiene que el enfriamiento de las relaciones entre Moscú y Washington a raíz de los acontecimientos en Ucrania, no se siente en absoluto en el espacio. 
 
Hopkins, que formó parte de la tripulación de la EEI junto con los cosmonautas rusos Oleg Kotov y Serguéi Ryazansky desde septiembre de 2013 hasta marzo de 2014, describe su viaje espacial como algo "absolutamente increíble". "Mucho más de lo que podría haber esperado", subraya.
 
El astronauta corrobora las excelentes relaciones y laborales personales que le unieron a Kotov y Ryazansky, agregando que se siente "muy afortunado de poder llamarlos compañeros de tripulación, además de muy buenos amigos".

 
 
Compartir una experiencia como un viaje espacial –desde el lanzamiento hasta el aterrizaje– es algo que une mucho, confesó Hopkins a su llegada a 'La Ciudad de las Estrellas', a las afueras de Moscú, durante la ceremonia oficial de bienvenida a la tripulación.
 
"Uno está muy cerca del otro en la [nave rusa] Soyuz", dijo el astronauta. "Y entonces, simplemente el tiempo –el tiempo diario que pasas allí– es una experiencia que nunca se olvida. Yo siempre lo conservaré en mi memoria, y no solo por el tiempo vivido allí, sino por el tiempo vivido con ellos. Eso es algo muy especial y, reitero, yo les considero muy buenos amigos".

Según dijo Hopkins, de 45 años, las tensiones entre Rusia y EE.UU. debido a los acontecimientos en Ucrania "no tuvieron impacto" en las relaciones con los miembros rusos de su tripulación.

 
 
"Creo que, en realidad, la Estación Espacial Internacional sigue siendo un ejemplo de lo que nuestras naciones pueden lograr cuando trabajan juntas", afirmó.
 
El comandante de la expedición, Oleg Kotov, dijo estar "muy contento" de que Michael Hopkins, su compañero de equipo, se uniera a la fiesta de bienvenida en la Ciudad de las Estrellas.

El ruso considera "un gran golpe de suerte" el hecho de que la decisión de la NASA de suspender los contactos con su homóloga rusa Roskosmos, anunciada el 1 de abril por la crisis en Ucrania, no afecte al proyecto de la EEI.
 
"Detenerla o congelarla [la cooperación entre Rusia y EE.UU. en el espacio] es imposible, ya que podría destruirla", advierte. "Eso sería una pérdida irrecuperable. No sería fácil restaurar todo esto por una decisión política, un rayajo de un bolígrafo. Es por eso que las personas que trabajan en este programa –ingenieros, constructores, aquellos que controlan los vuelos– están lejos de la política y trabajan para lograr un objetivo común", concluyó el cosmonauta.