"Esto va representar para Miami que le pueda quitar un poco de ese trasiego de mercancías, porque además Cuba es un país donde no existe la droga. Allí es muy grave el problema de droga, en Miami, en EE.UU., y además no hay esos poderosos consorcios que la mayoría de las veces hacen negocios fraudulentos con todo el mundo", asegura el periodista Hedelberto López Blanch. Las autoridades cubanas temen que el éxito de su megaproyecto y la alta competencia que generaría susciten los recelos del gran vecino norteño.
"Nuestra experiencia demuestra que, como ha sucedido hasta ahora, en la forma en que persiguen las operaciones de níquel cubano y las operaciones de financiamiento de compañías extranjeras, van a obstaculizarlo de alguna forma", señala Pedro Luis Padrón, director de política comercial con EE.UU. del ministerio de comercio exterior e inversiones de Cuba.
En algunos círculos empresariales no se ha visto con buenos ojos que la empresa brasileña Odebrecht, encargada de la construcción del Puerto de Mariel, tuviera megaproyectos también en la ciudad de Miami.
Realmente no es más que propaganda negra para impedir el desarrollo de un país que ha estado encallado en una situación por una política equivocada por parte de Estados Unidos
Sin embargo, muchos opinan que es la extrema derecha del sur del Estado la que, con su actitud, corta los posibles lazos económicos entre ambas instalaciones portuarias y también entre ambas ciudades.
También desde la prensa miamense se han lanzado dardos envenados contra el puerto de Mariel. El 'Miami Herald', el periódico de referencia en la ciudad, arremete contra el proyecto cubano por su supuesto daño ecológico, una posición que resulta curiosa si se tiene en cuenta que el puerto de la ciudad de Miami ha sido acusado varias veces por grupos ecologistas de la zona de causar daños medioambientales.
"Realmente, no es más que propaganda negra para impedir el desarrollo de un país que ha estado encallado en una situación por una política equivocada por parte de Estados Unidos", agrega el periodista Max Lesnik.