Marine Le Pen, que también es diputada del Parlamento Europeo, considera que Rusia está siendo injustamente "demonizada" internacionalmente, asegurando que la campaña en contra de la administración política de Moscú tras la crisis en Ucrania se ha cocinado en lo más alto de los niveles de liderazgo de la Unión Europea, con el apoyo implícito —dice— de los Estados Unidos.
Así lo declaró Le Pen en una reunión en Moscú con el presidente de la Duma Estatal rusa, Serguéi Naryshkin, funcionario que visitará Francia el 14 de abril para conmemorar los 60 años de la incorporación de la URSS en la Unesco. Le Pen ha lamentado que durante dicha visita por territorio galo se haya prohibido a todos los miembros del Parlamento francés tener contacto alguno con Naryshkin.
"Estoy sorprendida de la Guerra Fría que ha declarado la Unión Europea contra Rusia", indicó la funcionaria europea, agregando que esa táctica "no se alinea con las relaciones tradicionales de amistad o con los intereses económicos" de Francia y la Unión Europea en general. "Incluso la amenaza de sanciones es una medida contraproducente. Las decisiones siempre pueden acordarse en la mesa de negociaciones y no con el bloqueo de las negociaciones", subrayó.
Naryshkin, por su parte, ha recordado que las relaciones de amistad entre Francia y Rusia deben ser preservadas por el bien de sus pueblos, y ha lamentado el difícil período que se vive en la arena internacional en gran medida "por la rusofobia y los sentimientos antirrusos que brotan en la Europa Occidental".