"Es como conducir en un lugar de cuentos", señala un periódico holandés sobre este experimento realizado en 500 metros de una carretera en la ciudad de Oss.
La carretera es marcada con una especie de polvo fosforescente que 'se recarga' con la luz durante el día, e ilumina la carretera por la noche, ya que su carga es suficiente para unas ocho horas.
La marcación tiene un brillo lo suficientemente fuerte, "es casi radiactivo", comenta el diseñador Daan Roosengaarde, a quien le gustaría seguir adelante con el proyecto tras saber cómo se comporta la pintura en el uso cotidiano.
Por el momento la marcación solo muestra las líneas necesarias para conducir. Sin embargo, el proyecto de Studio Rosengaarde incluye muchas cosas más como, por ejemplo, hacer que en el suelo aparezcan gigantes copos de nieve fluorescentes cuando la temperatura baja a un cierto nivel.