El diplomático condenó asimismo "la idea que contempla Kiev de atraer a la ONU a sus acciones ilegítimas en el sureste de Ucrania".
Al mismo tiempo Lavrov celebró la misión de la OSCE en la región. Cuando comenzaron las tensiones en Slaviansk y Kiev ordenó mandar allí unos destacamentos militares, Rusia insistió que un grupo de observadores de aquella misión se desplazara a la zona, admitió Lavrov. Así fue hecho y ahora Moscú espera que presenten hechos objetivos.
El ministro considera que elaborar una auténtica reforma constitucional, que tomaría en consideración los intereses de todas las regiones, es la clave para revertir y solucionar la crisis actual. Así lo dijo durante una rueda de prensa posterior a las conversaciones con su par chino, Wang Yi, en Pekín.
El jefe de la diplomacia rusa también catalogó las declaraciones del primer ministro del Gobierno autoproclamado de Ucrania, Arseni Yatseniuk, sobre su disposición a comenzar un diálogo con los representantes de las regiones sudorientales, como un paso correcto, pero muy tardío.
La parte rusa expresó su agradecimiento al Gobierno chino por la actitud objetiva, equilibrada y responsable que adoptó la República Popular de China con motivo de los acontecimientos en Ucrania.
El despliegue militar en las provincias del este de Ucrania ya ha comenzado. De esta manera Kiev responde a las tensiones en la región y la destitución de las autoridades municipales en varias ciudades, que fue obra de las fuerzas opuestas al Euromaidán, que abogan por la organización territorial federal del país y la lengua rusa como cooficial. En Donetsk, Slaviansk, Zhdánovka y otras ciudades manifestaciones populares proclamaron que forman parte de la república de Donbás e izaron en varias ocasiones las banderas regionales y la rusa en lugar de la bandera de Ucrania.