Detectan planetas en otras galaxias, pero no encuentran un avión en el océano

La NASA anunció el hallazgo del primer planeta en nuestra galaxia capaz de albergar vida. Este descubrimiento hace que parezca todavía más ridículo que en la Tierra no seamos capaces de encontrar los restos de un avión desaparecido.
Según los astrónomos de la agencia espacial, el planeta recién descubierto, del tamaño similar a la Tierra y la temperatura adecuada para contener agua líquida, se encuentra a una distancia de 500 años luz de nuestro planeta.

A pesar de que la técnica permite observar objetos a distancias tan increíbles para los ciudadanos de a pie, los equipos de buzos de 26 países todavía no han logrado encontrar ni una sola pieza del avión del vuelo 370 de Malaysia Airlines que supuestamente yacen a unos 5 kilómetros bajo la superficie del océano Índico. 

La comunidad internacional se pregunta: ¿cómo puede ser tan difícil encontrar un avión de pasajeros en el fondo del mar? El portal PolicyMic ha tratado de responder a esta pregunta. 

Falta de experiencia en la exploración de aguas profundas


Según PolicyMic, las dificultades que afronta la operación de búsqueda se deben a la poca experiencia que tenemos en la exploración de aguas profundas. De acuerdo con los datos publicados en 'The Washington Post', la profundidad a la que podría encontrarse el avión de Malaysia Airlines es superior a la profundidad máxima que puede alcanzar un mamífero marino, concretamente la ballena picuda de Cuvier (3 kilómetros), y superior también a la profundidad a la que se detectaron los restos del Titanic (3,8 kilómetros) y los registradores de datos del vuelo 447 de Air France (3,9 kilómetros), que cayó a las aguas del océano Atlántico en 2009.

Cabe señalar que las cajas negras de la aeronave accidentada de Air France se encontraron después de dos años de búsquedas.

Falta de tecnologías  


La tecnología tampoco está a favor de los buscadores, afirman los expertos. Según ellos, la mayoría de las formas de comunicación moderna (luz, radio, rayos X, wi-fi) dependen de la radiación electromagnética, que no puede pasar a través del agua del mar. Eso significa que todavía no existe un método preciso de detección, sobre todo a esas profundidades del océano.

Enorme cantidad de desechos en el océano


Otro gran problema es la enorme cantidad de desechos que hay en el océano. En el mar hay tanta basura que la visibilidad queda afectada, y los detritos proporcionan pistas falsas a la investigación. En varias ocasiones los satélites han captado imágenes de posibles restos del avión que resultaron ser simplemente fragmentos de basura en el agua.

A pesar de todos los obstáculos, los investigadores estiman que la búsqueda podría terminar dentro de una semana. La tecnología que hasta el momento más ha permitido avanzar en el proceso de búsqueda ha sido vehículo autónomo de la Armada de EE.UU. Bluefin-21, que ya ha rastreado 68 kilómetros cuadrados cerca del presunto lugar del accidente, sumergiéndose a una profundidad de 4,7 kilómetros.

El barco australiano Ocean Shield también ha acelerado significativamente la operación tras detectar las señales electrónicas de las cajas negras del avión, lo que permitió reducir la zona de la búsqueda de 28.968 kilómetros cuadrados a 36.